Se abre una nueva era en Venezuela
Salim Lamrani
Los pobres
de la tierra.org
30 de marzo del 2007
La
brillante victoria de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales
de diciembre de 2006 reforzó la legitimidad del líder
venezolano. Por primera vez en la historia del país, un
presidente es elegido para un tercer mandato consecutivo con
una aplastante mayoría. Después de una fase inicial
de ocho años y resultados espectaculares en términos
de lucha contra la pobreza, empieza una nueva etapa.
El 10 de enero de 2007, en el acto de
su investidura para un nuevo mandato de seis años, Chávez anunció nuevas
reformas económicas y sociales con el objetivo de distribuir
las enormes riquezas de la nación y mejorar el nivel de
vida de los habitantes. El presidente Chávez hizo partícipe
de su voluntad de acelerar “la construcción de un
nuevo sistema político [...], social [...], y económico” en
Venezuela, denominado “el proyecto socialista bolivariano” [1].
El gobierno se lanzó a un proceso de nacionalización
de algunas empresas eléctricas y de telecomunicaciones
que se encuentran en una situación de monopolio. Las empresas
privadas “Compañía Anónima Nacional
Teléfonos de Venezuela S.A.” (CANTV) y “Electricidad
de Caracas”, dependientes en gran parte de capitales estadounidenses
pasaron a ser controladas por el Estado que recobra así una
parte de su soberanía económica [2].
“Cantv” controla actualmente el 83% del mercado
Internet, el 70% del mercado de comunicaciones telefónicas
nacionales y el 42% de las llamadas internacionales. Posee cerca
de 3 millones de líneas y 100.000 teléfonos públicos.
La empresa de telecomunicaciones, que se concentró en
la parte centro-norte, abandonó algunas regiones del país
poco rentables [3].
Los ciudadanos venezolanos deberían sacar beneficio de
esta nacionalización, que pondrá término
a la inflación de los precios. Además, “el
Estado va a invertir en zonas que no son rentables desde el punto
de vista del mercado. Eso va a traer como consecuencia que todos
los venezolanos, en un corto período, tengamos acceso
a los servicios telefónicos”, enfatizó Jesse
Chacón, ministro de Telecomunicaciones e Informática.
Ahora, la calidad del servicio primará sobre la rentabilidad
[4].
El anuncio de la nacionalización de la empresa fue acogido
de manera positiva por los empleados de Cantv. Hubo varias manifestaciones
de antiguos asalariados a favor de la intervención del
Estado. En efecto, numerosos conflictos enfrentan a la junta
directiva, que se niega a pagar ciertas prestaciones sociales,
y los trabajadores. Cerca de 1.500 jubilados de la empresa fallecieron
sin recibir las pensiones que se les debían [5].
“La nación debe recuperar la propiedad social sobre
los medios estratégicos de producción”, declaró el
presidente Chávez aludiendo a los sectores eléctrico,
del agua y de las comunicaciones. Todo aquello que fue privatizado,
nacionalícese”, agregó [6].
Tomando ejemplo de la empresa petrolera
PDVSA, el Estado desea combinar servicio público y buena gestión. “Tenemos
que cambiar los falsos paradigmas que se tenían, en donde
el hombre estaba al servicio de la economía. Hoy la economía
debe estar al servicio del hombre y del colectivo”, subrayó Alfredo
Riera, presidente del Fondo Nacional de Garantías Recíprocas
para la Pequeña y Mediana Empresa (Fompyme) [7].
El mercado de telecomunicaciones se abrirá ahora a pequeños
operadores privados y permitirá reducir el costo de las
estructuras. “Conjuntamente con ellos se desarrollarán
políticas para la prestación del servicio a lo
largo y ancho del país”, anunció Chacón
[8].
El ministro de Telecomunicaciones e Informática se congratuló por
la compra de la compañía. “Logramos la recuperación
de Cantv en un proceso transparente y de bajo costo para la nación”,
señaló. Declaró que la ética socialista
será predominante en el funcionamiento de la nueva empresa
y como consigna el servicio al ciudadano. “Este Gobierno
ha dado la importancia debida a los sectores estratégicos
de la vida del país y la Cantv será de todos los
venezolanos”, concluyó. La universalización
del acceso a Internet, sin barreras geográficas ni sociales,
es uno de los primeros objetivos de Cantv [9].
La empresa “Electricidad de Caracas”, la entidad
privada más grande del sector valorada en 900 millones
de dólares, también fue nacionalizada. La multinacional
estadounidense AES firmó un acuerdo con el gobierno venezolano
cediendo el 82,14% de sus acciones. El ministro de Energía,
Rafael Ramírez, insistió en la importancia y en
el “interés estratégico y nacional de tener
el control de todo el sector eléctrico”. El ministro
también afirmó que se respetarán los intereses
de los 100.000 venezolanos que poseen una participación
del 13% en la empresa [10].
El vicepresidente de la República, Jorge Rodríguez,
recordó por su parte que las privatizaciones de los años
1990 y 2000 no beneficiaron a la población. “Venezuela
no escapóa la voracidad” del neoliberalismo que
es responsable de la pobreza y la exclusión. En efecto,
las riquezas que generaron las privatizaciones sólo beneficiaron
a una elite que transfirió rápidamente sus capitales
al extranjero y no contribuyeron al desarrollo del país
[11].
Rodríguez también denunció el enorme encarecimiento
de las tarifas a finales de los años 90 “que fueron
de las más caras del mundo”. La mitad de los municipios “donde
se agrupa el 40% por ciento de la población, un 75% de
centros poblados no cuentan con telefonía pública”,
deploró, agregando que “no hubo un desarrollo de
la telefonía hacia el sur del país” [12].
Washington no pudo dejar de inmiscuirse
otra vez en los asuntos internos de Venezuela. La secretaria
de Estado Condoleezza Rice estigmatizó “la transición negativa” que
toma Venezuela. Reiteró su voluntad de subvertir el orden
establecido financiando a la oposición de la cual Estados
Unidos “ha sido uno de los apoyos más firmes”.
También recordó la enorme ayuda económica
que aportaron a la organización “Súmate” cuyos
dirigentes fueron procesados por espionaje y conspiración
con una potencia extranjera. Rice enfatizó que el Departamento
de Estado estaba elaborando un nuevo programa de financiación
de los sindicatos venezolanos con el objetivo evidente de desencadenar
huelgas y desestabilizar la economía del país [13].
John D. Negroponte, director de la Agencia
Nacional de Inteligencia, tuvo palabras muy agresivas contra
el presidente Chávez.
Acusó al gobierno venezolano de aprovechar “su popularidad
para debilitar a la oposición y eliminar cualquier control
sobre su autoridad”, olvidándose de que la oposición,
barrida durante las elecciones de diciembre de 2006, se desacreditó ante
el pueblo con el golpe de Estado de abril de 2002, el sabotaje
petrolero de diciembre de 2002 y su incapacidad para proponer
un programa creíble a los electores. Negroponte también
afirmó que “el mayor riesgo para la democracia está en
Venezuela y Bolivia”, estigmatizando así a las dos
naciones latinoamericanas que rechazan firmemente las políticas
neoliberales y desarrollan programas sociales. Negroponte incluso
llegó a lamentar, en una declaración surrealista,
que el presidente bolivariano intentara “socavar la influencia
de Estados Unidos [...] en Venezuela” [14].
Nicolás Maduro, ministro de Relaciones Exteriores, no
tardó en reaccionar a las palabras de Negroponte. Según él,
Venezuela no tiene ninguna lección que recibir de un funcionario
implicado en el tráfico de drogas y armas que permitió financiar
la guerra sucia contra Nicaragua y El Salvador en los años
80 y 90, “Negroponte es un delincuente que no tiene ninguna
autoridad moral para hablar de Venezuela”, declaró Maduro. “Estamos
defendiendo el derecho denuestros pueblos a vivir felizmente,
en democracia y en paz. [Estados Unidos] debe acostumbrarse a
esta nueva realidad” [15].
El presidente Chávez denunció los planes de Washington
para derrocar a su gobierno. La ofensiva “viene con una
fuerte carga económica”, advirtió en referencia
a las palabras de George W. Bush, que desea dejar de depender
de Venezuela en materia de energía petrolera. El líder
bolivariano fue claro al respecto: “Si no quieren comprarle
a Venezuela, que lo digan y no les vendemos más petróleo”.
También criticó la gira de Bush por Latinoamérica,
prevista entre el 8 y el 14 de marzo de 2007, cuyo objetivo es
aislar a su país [16].
Venezuela encontró una manera original de responder a
las declaraciones hostiles de Washington y a sus intentos probados
de desestabilización. Desde 2005, Hugo Chávez ayuda
a los pobres de Estados Unidos abandonados por la administración
Bush, vendiéndoles combustible barato. Joseph Kennedy,
ex congresista del Partido Republicano, agradeció a sus “buenos
amigos de Venezuela” su solidaridad. Respondiendo a las
críticas del republicano de la Florida, Connie Mack –que
desea eliminar este programa que sume al gobierno estadounidense
en un profundo compromiso–, Kennedy le propuso “promover
una prohibición a todo el petróleo venezolano y
no sólo a la pequeña cantidad [que se utiliza]
para ayudar a los pobres a calentar su hogar” [17].
Agregó en su carta de respuesta: “Una vez que hayamos
adoptado la Doctrina Mack y rehusado el petróleo proveniente
de cada país que falle en satisfacer nuestros disciplinados
estándares morales, estoy seguro de que usted disfrutará volviendo
a pie a Washington, porque, ciertamente, no habrá combustible
que le permita a usted volar hacia allá” [18].
Concluyó: “Me encantaría juntarme con usted
para abordar la amenaza real para nuestro país, cuyo sistema
es un tipo de socialismo para los ricos y el libre mercado para
los pobres, un sistema que ha otorgado miles de millones de dólares
a las empresas petroleras y sus ejecutivos” [19].
La población venezolana es la principal beneficiaria
de estas nacionalizaciones. Ahora el servicio prevalece sobre
la rentabilidad y las eventuales ganancias, en vez de ser expatriadas
como se hacía antes, se reinvertirán y permitirán
desarrollar el país. Contrariamente al resto de Latinoamérica,
con algunas excepciones, los venezolanos tienen la suerte de
contar con un presidente que sabe cumplir sus promesas.
Notas
[1] Casto Ocando, «Chávez proclama el ‘socialismo
o muerte’», El Nuevo Herald, 11 de
enero de 2007.
[2] Fabiola Sánchez, «Gobierno negociará nacionalizaciones
en Venezuela», Associated Press, 10 de enero de
2007.
[3] Agencia Bolivariana de Noticias, «Queremos
que Cantv sea una empresa tan eficiente como Pdvsa», 11
de enero de 2007; Agencia Bolivariana de Noticias, «gobierno
nacional dio primer paso hacia nacionalización de la Cantv»,
12 de febrero de 2007.
[4] Fabiola Sánchez, «Descartan nacionalizar telecomunicaciones
en Venezuela», Associated Press, 11 de enero de
2007.
[5] Erika Hernández, «cantv: icono de la privatización
a la venezolana vuelve a manos del Estado», Agencia
Bolivariana de Noticias, 12 de enero de 2007.
[6] Ibid.
[7] Agencia Bolivariana de Noticias, «Nacionalización
de Cantv demostrará eficiencia del Estado como gerente»,
12 de enero de 2007.
[8] Agencia Bolivariana de Noticias, «Chacón
se reunirá con Chávez para definir proceso de nacionalización
de Cantv», 11 de enero de 2007.
[9] Agencia Bolivariana de Noticias, «Recuperación
de Cantv fue proceso transparente y de bajo costo», 12
de febrero de 2007.
[10] Associated Press, «Chávez estataliza
la Electricidad de Caracas», 9 de febrero de 2007.
[11] Agencia Bolivariana de Noticias, «Vicepresidente
Rodríguez garantizó que habrá un mejor servicio
telefónico», 12 de febrero de 2007.
[12] Ibid.
[13] El Nuevo Herald, «Rice dice que Chávez
lleva a Venezuela hacia la destrucción», 8 de febrero
de 2007.
[14] Néstor Ikeda, «Inteligencia de EEUU preocupada
por Venezuela, Bolivia», Associated Press, 11
de enero de 2007.
[15] Agencia Bolivariana de Noticias, «Negroponte
no tiene moral para hablar de Venezuela», 12 de enero de
2007.
[16] Agencia Bolivariana de Noticias, «Presidente
denunció nuevo plan del imperialismo para atacar a Venezuela»,
14 de febrero de 2007.
[17] Agencia Bolivariana de Noticias, «Ex congresista
estadounidense defendió ayuda de Venezuela a pobres de
EEUU», 13 de febrero de 2007.
[18] Ibid.
[19] David Brooks, «El envío de petróleo
venezolano para los pobres en EEUU suscita un debate entre políticos», Rebelión,
15 de febrero de 2007.
El francés Salim Lamrani es investigador francés
y está especializado en las relaciones de Cuba y Estados
Unidos. Colabora habitualmente en Rebelión. Caty R.
pertenece a los colectivos de Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate.
Este artículo se puede reproducir libremente a condición
de respetar su integridad y mencionar al autor y la fuente.
Revisado por Caty R.
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