Elecciones en Costa Rica:
Está en juego lo que queda
del Estado Social de Derecho
Juan Carlos Cruz
ALAI-AMLATINA,
03/02/06, San José.- El próximo domingo se
abrirán las urnas en 6163 juntas receptoras de votos, para
elegir al
presidente número 47 en la historia republicana de Costa
Rica. Así
ha ocurrido históricamente desde hace cinco décadas
cada cuatro
años, el primer domingo de febrero. Sin embargo, estas
elecciones
ocurren en un momento crítico de la vida política
de Costa Rica.
El
telón de fondo de los comicios es la ratificación
del tratado de
libre comercio entre EUA, Centroamérica y República
Dominicana
por parte del parlamento y la ejecución de las medidas
complementarias para que su ejecución sea posible.
Entre
14 partidos que postulan sus candidatos presidenciales,
cuentan para fines electorales el Partido Liberación Nacional
(PLN), que presenta al ex presidente y premio Nóbel de
la paz,
Oscar Arias Sánchez, al Partido Acción Ciudadana
(PAC), que
propone a Otón Solís Fallas, ex militante del PLN
y economista de
formación, el Partido Movimiento Libertario (ML) con Otto
Guevara
Gutt y el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) con Ricardo
Toledo.
Lo
que está en juego
Luego
de haber vivido una de las democracias económicas y
políticas más estables del continente por casi 50
años, Costa Rica
encara en este proceso electoral la disyuntiva de profundizar
el
modelo neoliberal que se arraigó con el primer gobierno
de Oscar
Arias o, rescatar y restaurar el estado social de derecho y retomar
el cauce histórico por el que comenzó a transitar
el país en los 50.
Tras 20 años de ensayos neoliberales que han deteriorado
las
instituciones públicas, la calidad de los servicios y vulnerado
seriamente a los sectores medios, los dos partidos tradicionales
PLN y PUSC, han zozobrado en el mar de la corrupción y
la
ineficiencia administrativa.
El
clímax de la crisis de la corrupción en el bipartidismo,
tuvo lugar
cuando dos figuras históricas del PUSC, los ex presidentes
Calderón Fournier y Rodríguez Echeverría
fueron encarceladas por
favorecer el primero de ellos, un préstamo finlandés
a la Caja
Costarricense de Seguros y las ventas al Estado de la
transnacional ALCATEL el segundo. Por su parte el también
ex
presidente e hijo del caudillo José Figueres, José
María recibió una
fuerte suma por asesorar a ALCATEL en sus relaciones con el
Estado costarricense.
Como
resultado de esta crisis aumentó la desconfianza pública
en
los políticos, que se expresa en el creciente abstencionismo
y el
fortalecimiento de la tercera fuerza surgida en las elecciones
pasadas: el Partido Acción Ciudadana, encabezado por Otón
Solís, quien renunció a su cargo de ministro de
planificación en la
administración de Oscar Arias (1986-1990) cuando éste
suscribió
el II Plan de Ajuste Estructural impuesto por el FMI.
El
PAC dio una sorpresa en las elecciones del 2002, pues en un
lapso de 14 meses desde su nacimiento hasta las elecciones
logró alcanzar el 27% de la votación y eligió
14 diputados para la
Asamblea Legislativa, compuestas de 57 parlamentarios. El eje
discursivo de Solís fue la guerra a la corrupción
y la participación
ciudadana. Pese a una escisión de su fracción parlamentaria
y a la
falta de cohesión ideológica y organizativa, el
PAC vuelve a la
palestra para enfrentar a Oscar Arias que defiende el TLC, la
apertura de las telecomunicaciones así como de otras
instituciones y servicios que actualmente presta el Estado
costarricense.
Otón
Solís, por su parte, reivindica bajo la consigna del “gobierno
de las madres” una apuesta contundente a las políticas
sociales,
la renegociación del TLC de manera bilateral y bajo el
principio de
respeto, la reactivación de la producción agrícola
e industrial para
el mercado interno, entre otras propuestas de inspiración
social
demócrata.
La
oligarquía al poder
Oscar
Arias Sánchez es un exponente paradigmático de la
oligarquía cafetalera costarricense. Millonario de cuna,
estudió en
Europa y entró al PLN a disputarle el liderzazo a los fundadores
socialdemócratas. Su postulación para las elecciones
del 86 la
hizo enfrentado al máximo caudillo José Figueres
y a destacadas
figuras como Daniel Oduber y Luis Alberto Monge.
Durante
su gobierno, además de la suscripción de los PAE,
cedió
una frecuencia del espectro radioeléctrico para la operación
de la
telefonía inalámbrica a la transnacional Millicón,
liquidó los
estancos del Consejo Nacional de la Producción que por
años
había permito la compra de la canasta básica popular
a precios
bajos y tomó una larga lista de medidas de corte neoliberal.
Para
sustentar su nueva postulación, Oscar Arias promovió
una
interpretación de la Sala IV Constitucional compuesta por
5
magistrados y no mediante una reforma de la Asamblea Legislativa
como lo exige la misma Constitución.
Tras
lograr la una resolución favorable para reelegirse, impuso
su
candidatura dentro del PLN, provocando la renuncia de la mayor
parte de las figuras históricas que aún viven y
de todos los
socialdemócratas que alimentaban ideológicamente
al partido.
De
manera que Oscar Arias llega a estas elecciones sin partido,
pero con mucho dinero, dueño de muchas empresas cuyas
actividades se beneficiarán con la firma del TLC, propietario
de 11
frecuencias de radio, accionista importante del diario La Nación.
Su familia es además dueña del principal ingenio
azucarero del
país y co propietaria del segundo más grande, con
lo que se
garantiza ser el primer proveedor de alcohol anhidro para la
producción de gasol.
La
injerencia de Oscar Arias en los medios de comunicación
así
como el apoyo del sector empresarial más poderoso del país,
explica el manoseo que ha habido sobre las encuestas
contratadas por los mismos medios que apoyan la candidatura de
Arias. Todas las encuestas con algunas variantes, le conceden
a
Arias Sánchez más del 40% de la intención
de voto, lo que, según
la Constitución, le daría el gane electoral.
Sin
embargo, en la calle no se ve ese porcentaje y tanto estudios
estadísticos de las universidades públicas como
sondeos
independientes, aseguran que Arias no alcanza el 40% y que Otón
Solís está mucho más cerca de él de
lo que muestran las
encuestas privadas. En ese sentido, parece muy claro que si
alguno de los dos gana será por un margen muy estrecho
o que
habrá segunda ronda.
Todos
contra Arias
Como
si se tratara de una consigna, Arias Sánchez ha logrado
levantar en su contra una “detente” integrada por
ex co partidarios,
los movimientos sociales y la iglesia católica. El Ex presidente
Luis Alberto Monge, uno de los últimos líderes históricos
del PLN,
advirtió que la elección de Oscar Arias sería
concretar un golpe
técnico de Estado, mismo que traería inestabilidad
al sistema
democrático costarricense.
Monge
coincidió con el arzobispo de San José, Monseñor
Hugo
Barrantes, en cuanto a que Costa Rica “ha sido secuestrada
por
grupos económicos poderosos” que apoyan a Arias y
aseguró que
la corrupción comenzó en el gobierno de Arias cuando
recibió
dinero del narcotráfico por medio del ex presidente panameño
Manuel Antonio Noriega durante su campaña y mientras
gobernaba.
El
ex presidente ha declarado públicamente que “un gobierno
de
Arias sería de facto y que eso rompería el orden
constitucional y
quien siembra vientos, cosecha tempestades”. Monge denunció
que “hay un profundo malestar social fruto de la pobreza
creciente,
el deterioro de las clases medias y el estrujamiento de los
sectores populares. De manera que las medidas neoliberales que
ejecutaría Arias serían con la gente protestando
en la calle”.
A
eso se suma “que Costa Rica tiene un pueblo sin voz, cada
día
se reduce más la posibilidad de que el pueblo de Costa
Rica se
exprese en los medios de comunicación, cada día
se cierra más el
control de los grupos económicos que juntan el poder político
y el
económico” , aseguró el ex mandatario.
Monge
Alvarez propuso que “si no se consuma el golpe de Estado,
en una segunda ronda el candidato que pase tendrá que llamar
a la
conformación de un gran bloque basado en coincidencias”.
Por
su parte, el Arzobispo de San José, Monseñor Hugo
Barrantes
lanzó una fuerte crítica al neoliberalismo y llamó
a meditar el voto.
“Hay que defender al Instituto Costarricense de Electricidad
(ICE)”
–institución que tienen el monopolio estatal sobre
las
telecomunicaciones, Internet, la generación y distribución
eléctrica-
y exhortó para que el país “regrese a la Costa
Rica solidaria”.
“Tenemos
que volver a la democracia social de los 40. El país cayó
en la trampa del neoliberalismo, pensamos que produciendo
mucho y exportando mucho se generaría justicia social y
eso no
es cierto. El Estado tiene que intervenir en muchos aspectos para
que haya una verdadera distribución de la riqueza, hay
que
defender la democracia social y en esta coyuntura los partidos
tienen una tremenda responsabilidad”.
A
las declaraciones del Arzobispo, se sumó la de Monseñor
Ignacio Trejos, obispo de Pérez Zeledón, al sur
del país, “nuestra
democracia está en gravísimo, en extremo peligro.
Cuando eso
sucede la Patria agoniza. La corrupción cunde en las formas
más
inimaginables (…) cuando se ha tenido la osadía de
violar la
Constitución para agradar a un determinado personaje plagado
de
ambiciones, no se trata de un simple juego de niños”.
Ambos
prelados, han planteado sin decirlo abiertamente su
oposición a Arias, sumando sus voces a las de la mayor
parte de
los movimiento sociales del país.
Para
moverlos del poder, hay que movernos a votar
La
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados,
ANEP, uno de los principales agrupamientos gremiales del país
llamó a votar contra el TLC y a favor de los candidatos
que se
oponen al tratado, aseverando que, “aunque estemos en contra
del
TLC, si no salimos a votar estaremos dando tácitamente
el apoyo
a este nefasto tratado y dando ventaja a los candidatos que le
apoyan, pues con un número menor de votos pueden ser elegidos,
para consumar el asalto final a la institucionalidad social del
país.
Para moverlos del poder, hay que movernos a votar”. ”Todas
las
ciudadanas y a todos los ciudadanos deben salir a votar por
aquellos candidatos y candidatas que se oponen a ese TLC y que,
a la vez, consistentemente, estén presentando un programa
de
Gobierno acorde a los valores solidarios que nos fueron heredados
de la concepción de Estado Social de Derecho. El voto inteligente
adquiere un gran valor y el votar una gran responsabilidad”.
Así
las cosa, al ser las 18:00 del domingo, hora del cierre oficial
de
la mesas receptoras de votos, sabremos con certeza cuanto pudo
el sentido común de los costarricenses y cuanto la multimillonaria
campaña propagandística desplegada por Oscar Arias,
una de las
más caras en la historia del país.
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