El fraude de las armas químicas y el fin de las ingenuidades
Juan Francisco Coloane
Argenpress.info
junio del 2003
Lo de Irak y la ausencia de pruebas legítimas para la invasión, no sólo expone la fragilidad de los estados y de la política, que los alimentan, sino que también cuestiona el hedonismo de la matriz pensante de la modernidad, que se acopla a la globalización como si fuera su melodía de acompañamiento, o su banda de guerra.El debate sobre las armas de destrucción masiva en el Irak, continúa vigente, y ahora entra en un ápice por el proceso de revisiones que se lleva a cabo en los países más comprometidos con un posible fraude. Lo que está quedando claro, es que no son redes terroristas las que acechan los debilitados estados de la globalización y su población, sino la carencia de políticas de estado de seguridad, consultadas con la población, y la vigencia de políticos inoperantes, encaramados en la cúspide del poder.
Coincidentemente, los regímenes que los eligen no son puestos en duda, se refuerzan mutuamente apoyados por un sistema mediático que los legitima. En síntesis, la sociedad civil nunca había estado más alejada de participar en los diseños que afectan más a sus destinos, y más desprovista de información confiable.
Cuando este corresponsal señalaba el 5 de febrero, con datos en terreno, que no se encontrarían las armas de destrucción masiva, y que existía un plan de implantarlas con gran despliegue mediático, para legitimar la guerra, una fuente aparentemente bien informada en la materia indicó, que mis datos estaban equivocados. 'Irak, estaba pleno de armas de destrucción masiva dispuestas a ser utilizadas de inmediato.' Esta fuente con nombre y apellido, cercana a lo que entonces era una información establecida por los medios y los políticos, no podía y no debía ser divulgada.
Como la noticia de la implantación de armas causó impacto, simultáneamente, recibí un e-mail, de un experto en sistemas digitales y satelitales para detectar armas de destrucción masiva. Esta persona, me indicó que el artículo del 5 de febrero no estaba alejado de la realidad. Me señaló: 'El Irak, bajo las condiciones de vigilancia de armas a las que se sometió hasta 1998, por su estado económico producto del bloqueo, y porque el almacenamiento y la mantención del tipo de arsenal químico utilizable por sistemas de cohetería, requieren de sistemas subterráneo o de superficie complejos y onerosos, no está capacitado para poseer el arsenal de que se le acusa.'
'Todavía,'- indicaba nuestra fuente,- 'los sistemas de detección satelital que poseen principalmente EE.UU. y el Reino Unido, y hasta Francia, la URSS y China, están en capacidad detectar cualquier 'mancha dudosa en el espectro de la detección satelital'.
En ambos casos debí acudir al principio de protección de la fuente. La primera estaba equivocada, al menos que las investigaciones en los EE.UU. y el Reino Unido acrediten que había armas y que desaparecieron por arte de magia. La segunda estaba acertada, hasta el momento.
Un grupo pequeño de inspectores de la ONU ha llegado al Irak, después que 1600 verificadores de armas químicas, colocados por EE.UU. y el Reino Unido no pudieron dar con los arsenales, que es el debate central.
En este plano, se hace indispensable que algún órgano de justicia internacional, con capacidad neutral para monitorear naciones en estado de ocupación como el Irak, intervengan en esta etapa de la búsqueda de las armas químicas. La posibilidad de que se planten las evidencias en el tiempo, está vigente y es latente.
Existen copiosos antecedentes difundidos ya por la prensa, de que este plan continúa bajo sospecha. Un órgano más allá de la ONU es indispensable porque la ONU hasta la fecha no ha demostrado garantizar la independencia necesaria en todo el episodio Irak, como lo demuestran las resoluciones y las diferencias que aún persisten entre los miembros del Consejo. Mas aún, en los momentos previos al desenlace final, antes del inicio de los bombardeos a Bagdad, hay que tener presente, que se abrió la compuerta de las interacciones entre los organismos de inteligencia de los EE.UU., y el Reino Unido, y la Oficina de Hans Blix , el inspector jefe de la ONU.
En los tiempos de las inspecciones de la ONU, previas a la guerra, el Gobierno Iraquí declaró que muchos de estos inspectores actuaban en coordinación con los organismos de inteligencia de los EE.UU. y el Reino Unido. La información nunca fue desmentida oficialmente y se le trató como otra maniobra propagandística del régimen de Hussein.
La interacción entre una nueva ronda de inspecciones de la ONU en búsqueda del arsenal químico, y los organismos de inteligencia de las fuerzas de ocupación, es inevitable, y es una situación que debe ser expuesta a la comunidad internacional. Los países miembros del Consejo tienen una tarea inmediata que abordar en el sentido de evitar una falsa legitimación de las pruebas.
Existe un cuerpo consistente de declaraciones de los líderes de la ocupación y de hechos contingentes, que se contradicen y que apuntan a la posibilidad de plantar las evidencias que legitimen la guerra.
El proteger las fuentes que señalan que las armas químicas serán plantadas tarde o temprano, es consustancial a la necesidad de denunciar un posible fraude de proporciones globales inéditas en la historia de las relaciones internacionales. Cualquier intento de reducirle el perfil al asunto, no es pragmatismo político, para resguardar el orden internacional o el decoro de las instituciones involucradas.
El despido del periodista Jayson Blair del NYTIMES es paradigmático. El NYTIMES continúa bajo fuego desde muchos ángulos. Ahora aparecen medios como www.narconews.com desvirtuando los métodos usados por el TIMES en América Latina, respecto al tema de la droga. En sus últimas coberturas este medio se lanza en picada contra el Times. ' En el fondo se trata de desacreditar todo un período en que el Times demostró su más vehemente cara para denunciar una administración desacreditada. No es una coincidencia. Cuando se quiere perjudicar a alguien es claro que empiezan las auditorias. En cambio la gran evaluación que el mundo espera respecto al arsenal del Irak, se trata en forma banal. ' Nos dice una fuente.
Irak el filtro de la mirada
El mundo presencia con el Irak, una peligrosa proximidad de intereses entre poderes informativos y mediáticos y económicos a nivel global, que se cruzan con los consorcios de la industria del armamento. Más allá que esto se constate como una interdependencia propia de la globalización, -los políticos en la cúspide así lo desean ver- el estado de situación de esta virtual promiscuidad en los diferentes ámbitos del poder, concentrados en un puñado de países y de consorcios, ubica al mundo con un perfil muy similar al período del Tercer Reich, o del estalinismo. Los procedimientos de control total, y centralizado, desnudan las mismas carencias éticas del motto 'el fin justifica los medios'. El que los procedimientos se apliquen en un ambiente tecnológico de mayor resolución, no los hacen más modernos ni más eficientes, sino que más imperceptibles.
Lo del Irak y sus múltiples claves inexplicables hasta el momento, colocan al mundo de la reflexión política y socio-cultural, en un abismo. Los autoproclamados teóricos de la globalización, que intentaban ensamblarla en la médula de la modernidad, con el tema Irak se enfrentan a un hecho degradante y despiadado que muestra la decadencia de las instituciones que la sustentan como concepto y posible realidad.
Es difícil que todo lo sucedido en el Irak, siga habitando ese ámbito de la abstracción con credenciales intelectuales. Es tan concreta la imagen de la miseria humana y su inconsistencia moral que se observa en torno a lo que se hace y se habla sobre el Irak, que un tour por las laderas del Eufrates y el Tigris, para los que sostienen que es un capítulo más del progreso y que no tiene nada de apocalíptico, es más que recomendable. 'Curiosamente varios reporteros del periódico que es atacado por todos sus flancos ahora reportearon lo apocalíptico de la situación. El método es conocido: buscar el error específico, e intentar la falta de credibilidad general en un período de gestión'. Nos dice Triple NNN.
'Ha habido cosas peores que lo sucedido con el Irak', señalaba recientemente un escritor y filósofo occidental de la renovada modernidad. Su nombre es preferible omitir porque las lista de opiniones similares es larga. Están representados por la cúpula de revistas como The Economist, Foreign Affairs. Las opiniones de este tipo se deslizan en órganos como The Wall Street Journal, que aplaudió en su editorial las renuncias de Raines y Boyd del Times. Son las opiniones que repiten la fatigada monserga propiciada por Paul Wolfowitz, de que el estalinismo soviético y el holocausto nazi, fueron hechos más contundentes de lo que sucede en el Irak, para justificar la invasión y una larga ocupación.
El período de debate, críticas, investigaciones, y recriminaciones se expande en EE.UU., Inglaterra y España. Los países, hoy, a la luz de los hechos, con una ansiedad aún más inexplicable para la invasión del Irak, se enfrentan a un cuestionamiento interno y externo. Mientras no se encuentren las armas químicas, quiénes sepultaban las vías de negociación para evitar la guerra hace tres meses- Bush, Blair y Aznar- se encuentran obligados a fabricar otra estrategia comunicacional, para salir del hoyo negro de la credibilidad.
La incertidumbre crece, porque estos tres jefes de estado que decidieron ir a la guerra, juegan sus posibilidades de continuidad en el poder en los próximos 18 meses. Como se concertaron para invadir el Irak con un plan maestro mediático que funcionó parcialmente, ahora intentan armar otro puzzle, para justificar y legitimar una invasión, y permanecer en el poder.
Detrás de todo se esconde un proceso de descomposición de lo que se llama Estado Global, que es más tenebroso de lo que le sucede a los iraquíes que aún no tienen sistema de energía, de salud, y cuyos sistemas de distribución de alimentos no han sido restaurados ni al 10% de lo que eran dos días antes de que estallara la guerra.
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