Documentos de la inteligencia iraquí probablemente plantados

Wayne Madsen

Escritor colaborador del Online Journal

Granma.cu

29 abril 2003

 

Abril 29, 2003.- Después que se mostró que los Estados Unidos y Gran Bretaña suministraban documentos de inteligencia falsos y plagiados al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que supuestamente probaban el programa de armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, a la prensa mundial, ahora se le suministra un continuo flujo de capturados documentos iraquíes, de su inteligencia, sacados de los escombros, de los que fueran cuarteles del Mudhabarat, y son suministrados por los militares norteamericanos a unos pocos periodistas.

El problema de estos documentos es que son suministrados por militares norteamericanos a unos cuantos periodistas que trabajan para un periódico muy sospechoso; el London Daily Telegraph (afectuosamente conocido como el “London Torygraph” por los que se dan cuenta de su tendencia conservadora.) La edición dominical del Telegraph, del 27 de abril, informó que su corresponsal en Bagdad, Inigo Gilmore, había sido invitado por las tropas norteamericanas a los cuarteles, y que milagrosamente halló en el desorden de papeles un documento, indicando que Iraq invitaba a Osama bin Laden para una visita en marzo de 1998. Gilmore también informó que la CIA había estado varias veces en el edificio antes de que encontrara el documento. Gilmore advirtió que probablemente la CIA no vio el documento en sus registros anteriores, no deja de sorprender este alegato puesto que la CIA estaba muy familiarizada con dicho edificio por sus anteriores relaciones con el Mukhabarat, desde la guerra entre Irán e Iraq en el 1980. Pero, al contrario, la misma CIA y otras agencias de inteligencia, incluyendo el británico Mi-6, han refutado dichas alegaciones de un vínculo entre Bin Laden e Iraq.

Gilmore aclaró que no hacía propaganda en pro de los Estados Unidos, extraño juicio para alguien que alega ser un curtido corresponsal en el Medio Oriente. No obstante, es muy probable que presentara dicha propaganda a beneficio de un ente no gubernamental, el movimiento neoconservador, que usa el Pentágono como base de operaciones, usando tácticas de engaño y percepción para dar impulso a su siniestra agenda.

Los Estados Unidos se han mostrado muy activos al invitar a los periodistas del Telegraph a los cuarteles de la inteligencia iraquí. Otros documentos encontrados” por los reporteros del periódico revelaron que la inteligencia rusa pasó sus intercepciones de las conversaciones sostenidas por Tony Blair a la inteligencia iraquí, que la inteligencia alemana se ofreció para ayudar a la iraquí, que Francia le dio a Iraq los contenidos de los intercambios diplomáticos entre Estados Unidos y Francia, también que George Galloway, el parlamentario británico, contrario a Bush y a la guerra, le había pedido centenares de miles de dólares a Iraq, sacados del programa petróleo por alimentos.

Galloway inmediatamente se olió la campaña de desinformación cuando respondió al Telegraph sobre el documento encontrado: “Tal vez sea producto de los mismos falsificadores que adulteraron tantas cosas en todo este asunto iraquí... no fue el régimen iraquí el que lo falsificó, fue gente como ustedes [los periodistas del Telegraph] y del gobierno al que ustedes apoyan.”

Es algo sorprendente que los militares norteamericanos se hayan mostrado tan abiertos al permitirle a periodistas favorecidos caminar libremente por el edificio de Mukhabarat cuando el Pentágono ha establecido rígidas medidas de seguridad al Ministerio iraquí del Petróleo. Los motivos son evidentes, si se tiene en cuenta que en el local del Mukhabarat se pueden dejar caer documentos falsos, pero que en el del Ministerio del Petróleo hay abundancia de documentos que muestran los vínculos de Saddam Hussein con Halliburton, que fuera firma de Dick Cheney. La compañía firmó más de $73 millones de dólares en contratos con el gobierno de Saddam cuando Cheney era su jefe ejecutivo. Los contratos, negociados con dos

subsidiarias de Halliburton -Dresser-Rand e Ingersoll Dresser Pump Co- eran parte del programa de las Naciones Unidas de petróleo por alimentos, irónicamente el mismo programa que figura prominentemente en los cargos contra Galloway. Pero a diferencia de los cargos contra Galloway, los informes sobre las vinculaciones de Cheney con la industria petrolera de Saddam Hussein se originaron, en forma relativa, de fuentes más importantes, incluyendo ABC News, The Washington Post y el Texas Observer.

Gilmore informó a la BBC que en los documentos de Mukhabarat descubrió alguna información que fue borrada. Las borraduras fueron hechas con una combinación de tinta de marcar negra y fluido de corrección. Dijo que rasgó el papel con una cuchilla de afeitar y milagrosamente encontró el nombre de Bin Laden en tres lugares. El procedimiento corriente para redactar un documento secreto consiste en usar un marcador negro indeleble para enmascarar información secreta.

No obstante, el procedimiento apropiado para poder leer a través de dichas marcas, no es raspar la tinta como si el documento fuera un billete de lotería. Las soluciones para imprimir a menudo se corren por la tinta de marcar indeleble. Si se sostiene una hoja de papel en un ángulo de 45 grados bajo una brillante luz fosforescente, la letra que está bajo la tinta puede leerse, porque parece como si hubiera sido levantada. Si se usara una hoja de afeitar para raspar las marcas, todo se borraría. Todo lo que dice Gilmore parece espurio.

No pasó mucho antes que al documento de marras se le diera realce a escala mundial. Fox News, el canal de propaganda derechista norteamericano destacó el documento como artículo principal para su programa dominical de noticias. Tony Snow, animador de la Fox, le preguntó al líder iraquí Ahmed Chalabi, del nacionalista Congreso Nacional, acerca del documento. Chalabi respondió que el documento daba bastante información en el sentido que Saddam Hussein sabía de los ataques del 11 de septiembre, una falsedad que ha sido rechazada por las agencias de inteligencia en todo el mundo. Sin embargo para aquellos que falsificaron el documento constituyó una misión cumplida.

Para comprender el proceso de diseminación de tal propaganda, enmascarada como noticia, es importante comprender la relación entre el Daily Telegraph y su compañía matriz, la corporación Hollinger, propiedad del súbdito británico y ex canadiense, el señor Conrad Black. Hollinger, lo mismo que la corporación noticiosa de Rupert Murdoch, es una superempresa que difunde propaganda derechista en todo el mundo, mediante 379 periódicos, entre los que se encuentra el Jerusalem Post.

Tom Rose, que publica ese periódico, es uno de los grandes partidarios del Partido Likud, de Ariel Sharon, además de ser huésped favorito de los conversatorios radiales del Clear Channel.


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