FMLN y Washington: encuentro "histórico"
Juan José Dalton
Proceso (México) y EstaSemana (La Habana) - Rebelión
3 de agosto del 2003
Desde que en 1992 concluyó la guerra civil en El Salvador y se inició entre sus pobladores un proceso de reconciliación, la guerrilla y Estados Unidos -otrora enemigos-- también hicieron las paces, pero nunca lograron limar del todo sus asperezas.
Con pasos calculados, de un lado y de otro, FMLN y Washington quieren comenzar a tener cuentas claras. La situación es tomada con realismo, pero no deja de ser delicada: Después de una década de pacificación en El Salvador, la antigua guerrilla puede llegar al poder en marzo del 2004 sin tirar un solo tiro, sino a través de unas elecciones democráticas, mismas que los estadounidenses podrían jactarse de que ayudaron a construir.
Julio Hernández es en la actualidad uno de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), institución nacida de los acuerdos de paz. Representa al izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), de cuya máxima dirección es integrante. Otrora comandante de campo del FMLN, Hernández ha sido uno de los artífices del acercamiento que en la actualidad han tenido distintas instituciones del gobierno estadounidense con la exinsurgencia.
Hernández fue parte de un grupo de líderes del FMLN que visitó recientemente Washington, donde se reunió con funcionarios del gobierno de Estados Unidos, como Paul Trivelli, jefe de la oficina para Centroamérica del Departamento de Estado, y Rogelio Pardo, subsecretario adjunto de Defensa para el hemisferio occidental. También se reunieron con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID).
Puertas abiertas
En entrevista con Apro, Hernández hace un balance de esa visita: La conclusión es que hay suficientes elementos para considerar que hay condiciones propicias para que el plan de gobierno del FMLN pueda ser viable a partir del próximo año. El nivel de apertura que hemos tenido (en Estados Unidos), el hecho de que el Frente haya iniciado desde muy temprano la conversación con organismos financieros multilaterales, ha sido entendido positivamente.
--Eso es muy general...
--Otro elemento es haber ido a tocar puertas y encontrarlas abiertas. La posibilidad de poder tener un diálogo franco y constructivo respecto al futuro de El Salvador y, sobre todo, al futuro de una posibilidad de que el Frente sea gobierno. Ello es positivo. Hay también muchos elementos que el Frente tendrá que procesar como resultado de estos encuentros.
--¿A qué se refiere con eso que el Frente tiene que procesar?
--Hay resultados, algunos son visibles e inmediatos, pero también hay puntos fundamentales de elementos de la política de Estados Unidos, la visión que tienen los organismos multilaterales y que el Frente tiene que procesar para tomarlos en cuenta a la hora de tener sus planes. Nosotros escuchamos los puntos de interés y la visión del gobierno de Estados Unidos, del Departamento de Estado. El Frente, como partido, tiene que digerir lo que hemos recibido para retroalimentar nuestras propias posiciones.
--¿Esos temas, seguramente de conflicto, no son públicos?
--Hay temas que hemos preferido no lanzarlos al público porque pensamos que el FMLN tiene que tener el espacio de tiempo para discutirlos. Actualmente estamos sumidos en unas elecciones internas, pero si tenemos que crear el espacio para informarle a la dirección del partido cuáles son aquellas 'letras chiquitas' de Estados Unidos, para que discutamos. Como en todo diálogo, hay exposiciones que se nos han hecho que necesitan de una respuesta. El tener claros esos puntos a 8 meses de las elecciones presidenciales, será importante para el FMLN.
--¿Cuál es su percepción sobre cómo Washington ve al FMLN actualmente?
--Se identifica al FMLN como una fuerza política que ha evolucionado en 12 años, al punto de que no asusta la posibilidad de que asuma el gobierno. Implica que esa madurez, tener la capacidad de darnos cuenta en qué lado del mundo estamos parados, de quiénes son nuestros vecinos, cuáles son los intereses de nuestros vecinos para asumir la posición más conveniente... eso es lo que se refleja. Existe una lectura de que es realista que el Frente llegue al gobierno. Lo importante es saber qué vamos a hacer con esa posibilidad. Existen posiciones de principio en Washington, como el hecho de que si ganamos las elecciones presidenciales en marzo de 2004, a través de comicios libres, justos y constitucionales, no tienen más que aceptar el resultado y esforzarse para trabajar bien con nosotros.
--¿Y el FMLN como aprecia la relación con Washington?
--No podemos imaginarnos el desarrollo de El Salvador fuera del contexto internacional ni fuera de una relación con Estados Unidos, independientemente de la ideología del partido y de nuestras posiciones, muchas veces distantes de la posición norteamericana. Tenemos como prioridad enfocarnos en el desarrollo de El Salvador y si para ese desarrollo es importante las buenas relaciones con Estados Unidos, el Frente tiene que demostrar que es capaz de potenciar esa relación.
Hay muchos símbolos y mensajes de nuestra visita que deben ser bien analizados por la dirección del Frente y creo que debe interpretarse algunas señales nuevas y resolver el beneficio de la duda. Creo que vamos a crear el ambiente para poder fortalecer las relaciones en estos ocho meses que quedan para las elecciones presidenciales.
Las reglas del juego
--¿Se habría terminado la percepción de que FMLN y Washington siguen como enemigos?
--La paz se firmó en 1992 y el entendimiento desde aquel momento fue que si la guerra entre salvadoreños ha terminado, no hay ninguna razón para esa enemistad. Washington dijo que iba a apoyar el proceso democrático y si el FMLN va a buscar el gobierno a través de elecciones libres, bueno, estamos de acuerdo y estamos dentro de esas reglas del juego.
--¿Todo ello a tal grado que en el Pentágono el encuentro fue calificado como histórico?
--Me quedó el entendimiento de que entre viejos guerreros es más fácil entenderse. Fue sorprendente que el Pentágono aceptara la petición de un medio salvadoreño, La Prensa Gráfica, para que cubriera la reunión. Como dijeron, ha hecho historia y qué bueno que quede registrado.
--¿Qué compromisos se asumieron?
--Los compromisos mutuos que existen en este momento es que vamos a hacer un esfuerzo por mejorar nuestras relaciones, por sostener un diálogo constructivo y vamos a ir construyendo en el camino. Ellos saben bien cuáles son nuestros puntos de preocupación y nosotros sabemos los de ellos. Les dijimos enfáticamente, por ejemplo, que nos preocupa la manera en la que se está negociando el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Centroamérica, que además de ser una negociación en secreto, no está incluyendo a todos los sectores que deben estar incluidos; y nos preocupa la gran desigualdad entre las dos economías. Ellos dicen que quieren ayudar al desarrollo de Centroamérica, pero hasta no ver, no creer...
--¿Se discutió el tema del combate a la narcotráfico?
--Pensamos que podemos ser más efectivos en el combate al crimen organizado, lavado de dinero, drogas, porque no tenemos intereses ligados de por medio y es más fácil que lleguemos más a fondo. Por otra parte, nadie en el Frente está cuestionando la permanencia del Centro de Monitoreo contra la Narcoactividad que esta situado en la base aérea de Comalapa. Sólo hay un artículo de ese convenio que es demasiado amplio y lo vamos a revisar conjuntamente.
--Escuché a un dirigente de izquierda que Estados Unidos necesita amigos, no serviles. ¿Es esta la lógica actual del FMLN?
--El FMLN es incómodo para Estados Unidos porque puede haber amigos con visiones distintas, pero que al final pueden llegar a puntos comunes. No fuimos, ni somos, ni queremos ser serviles. A Estados Unidos le interesa los países gobernables, con cierta estabilidad y pensamos que eso es lo que nosotros podemos darle al sistema. Afortunadamente hemos pasado escuelas porque hemos ya administrado localmente en muchas alcaldías, incluida la capital. Sabemos el problema de querer hacer muchas cosas y no tener el dinero; el lío de cobrar impuestos... Pero no veo al FMLN en un plan populista, tal es así que nos hemos tomado el tiempo para ir a conversar con organismos multilaterales y no nos estamos tomando el asunto a la ligera. Los cambios no se dan de la noche a la mañana. Estamos concientes pero hay cosas que sí se pueden lograr en muy corto tiempo.