Entrevista a Rigoberta Menchú:
Los crímenes de las dictaduras en Guatemala
BBC - Argenpress.info
8 de noviembre del 2003
La Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú Tum respondió en una entrevista interactiva a varias de las preguntas enviadas por los lectores de BBC Mundo, pocas horas antes de las elecciones en su país, Guatemala.Menchú, descendiente de la antigua cultura Maya-Quiche y defensora de los derechos y valores de los pueblos indígenas de América, promueve una campaña para llevar ante la justicia a los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos durante el régimen militar en el país centroamericano. Esta es la trascripción del diálogo que Rigoberta Menchú mantuvo vía telefónica, desde Guatemala.
Rigoberta, ¿por qué los indígenas guatemaltecos no forman su partido político para asumir el poder tarde o temprano? (David Montenegro, desde Toronto, Canadá).
Yo creo que ésa es una meta que se va a hacer en los próximos años. Especialmente, creo que estas elecciones demuestran que, aunque haya un candidato indígena, los partidos son los dueños del juego y son ellos los que van a poner sus reglas. Entonces está claro que este sistema nunca va a dar espacio.
Yo creo que ésta es una tarea del próximo enero, que vamos a tener que discutir los dirigentes indígenas para tomar una determinación de crear los instrumentos políticos que necesitamos para acceder al poder.
¿Qué planes tiene sobre su futuro? ¿Podría ser candidata a presidente de Guatemala? (Carlos Cruz, Mendoza, Veracruz, México).
Yo en principio creo que sería imposible para el 2008. Eso no quiere decir que no trabajemos arduamente por crear esa opción política. Yo en principio soy la más preocupada e interesada por que se materialice un instrumento político. Yo creo que habrá un candidato indígena sostenido por un movimiento político para el 2008. Ahora, es posible que ya para el 2012, yo estaría más abierta a buscar una forma en la que tenga una participación activa, una participación a elección popular, pero éste no es el tema para el 2008. Según yo, es posible que cambien las cosas y que entonces modifique el asunto.
¿Alguna vez sintió deseos de abandonar tan desigual lucha? ¿Qué la motivó a seguir luchando? Orgulloso de tu nombre, Rigoberto. (Rigoberto Osorio, Medellín, Colombia).
Constantemente uno tiene frustraciones. Yo no puedo concebir que todo el mundo te presiona para que vivas en paz, y cuando legitiman la violencia de los genocidas, todavía la comunidad internacional no tomó medidas drásticas. Y bueno, si voy para más allá, pues qué vergüenza para la Audiencia Nacional de España y para los tribunales españoles, que no le dieron seguimiento al juzgamiento de Ríos Montt, porque entonces estaríamos hablando de otra cosa.
Pero, yo todavía creo en la resistencia pacífica, y espero que no seamos nosotros quienes encendamos la violencia, sino que sean ellos que están acostumbrados a vivir de la violencia.
Siendo chapín, exiliado durante el tiempo de Lucas Romero, pregunto ¿qué otros recursos habrán para llevar a la corte internacional a todos los partícipes de las masacres de nuestra gente, más allá de la corte española? (Byron Franco, Dallas, Texas, EE.UU.).
Yo, en primer lugar, estoy soñando algún día, tal vez sea utópica, en la creación de un tribunal regional; es decir, crear el tribunal de América Latina para que juzgue a los genocidas de este continente, porque veo que en muchas partes hay otros que están siendo hasta felicitados, así que creo que hay que intentar.
La lucha contra la impunidad es una lucha de por vida, es una lucha de nuevos abogados, de nuevos jóvenes del Derecho. Es una lucha de doctrina jurídica, por la que tal vez nosotros no vemos sus resultados, pero la lucha contra la impunidad es algo que tenemos que hacer hoy y van a hacer los que nos van a suceder.
¿Qué opina del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas)? (Orlando Colmenares, El Hatillo, Venezuela).
El ALCA yo creo que es una medida demasiado intolerante y que solamente beneficia a las grandes corporaciones transnacionales, principalmente del primer mundo, y que ha tenido un fin económico y político. Si tuviera una esencia social de derechos humanos, de justicia, pues esta globalización sería mucho más rápida; pero en tanto que no tiene rostro social, va a tener que fracasar, o tiene que incluir la voz de quienes no han hablado, la voz de los pobres, la voz de la gente que no ha opinado, la voz de la gente que se muere de hambre. O sea, en cada país de América Latina sabemos que hay una gran cantidad de gente que se está muriendo de hambre.
Quiero aclarar que yo no soy antiglobalización; estoy en contra de 'esta' globalización, esta globalización de ricos, imperios e imperialistas. Yo estoy a favor de una globalización incluyente, de la que todos nosotros tenemos algo que ver, pero que sobre todo nos beneficia a todos. Así que creo que hay modificaciones que hacer; lo único es que son procesos. Espero que se repita cada vez más las oposiciones que hay contra el Fondo (Monetario Internacional) y la Organización Mundial del Comercio, para que no tengan dónde ir a reunirse porque los pobres los van a perseguir en cualquier lado del mundo.
Sra. Menchú, ¿por qué usted nunca se manifiesta en contra de los errores que cometen las organizaciones o gobiernos de izquierda, por ejemplo Cuba? (Jesús Nicaragua, Miami, EE.UU., entre otros lectores).
No lo hago precisamente porque sé que (el presidente de EE.UU., George) Bush está diciendo que va a intervenir en Cuba, pero jamás dijo por qué él convive con Ríos Montt. O sea, la falta de ética y la medida en la vara para unos y para otros son diferentes.
Resulta que unos genocidas, aunque tengan en sus espaldas 200.000 muertos y más de 3.000 cementerios clandestinos, donde probablemente esté mi hermano Patrocinio, mi hermano Víctor y probablemente mi madre, no son malos para esos grandes poderes mundiales, sino que otros sí porque tienen interés o están emberrinchados ahí, o sea, ésa es la esencia del tema. Lamento por los pueblos que sufran las consecuencias, pero resulta que la vara con que se mide qué es represión y qué no es represión está muy tendida en la mesa.
Ahora, por supuesto que yo he criticado a la izquierda. Si Ché Guevara hubiera entendido a los pueblos indígenas en su momento, seguramente la izquierda no sería incluso un distractor más para que los pueblos indígenas tengan o no tengan poder o tengan o no tengan espacio. Yo he criticado esto y lo he hecho en reiteradas veces, porque yo, de antemano, soy mujer maya, y creo que los mayas tenemos que tener una opinión sobre todos los sistemas que han pasado, y del que nos han involucrado, y sin embargo nunca nos dieron beneficio como tal.
Carlos Ospina desde Puerto Ordaz, Venezuela, le pregunta a propósito de Colombia, también con respecto a lo que veníamos hablando.
Primero es una pena que todo el proceso colombiano, pues... Qué pena que yo ahorita estoy hablando de Guatemala en lugar de dar aliento para la América Latina. Pero en primer lugar, yo creo que la crisis latinoamericana es algo que está tendido. Tienen responsabilidad las grandes corporaciones mundiales, tiene responsabilidad la cooperación internacional. ¿Cuánto quiere el primer mundo, cuántos gobiernos tenemos que derrocar o cuántas dictaduras tenemos que aguantar para poder hacer una relación más igualitaria? Pagar mejor por nuestros productos, apoyar la sociedad civil, apoyar las organizaciones.
Yo me hago estas preguntas todos los días y, bueno, mi solidaridad es con la gente.
Yo creo en la autoestima de las personas. Creo que la gente, por más que sus derechos estén amenazados, tiene una esencia de lucha y de combatividad, así que creo en ellos y creo en sus luchas.
¿Es verdad que en momentos de opresión y desesperanza, entre compañeros de infortunio no se nota tanto el machismo? (Nenya, Santiago, Chile).
Yo creo que sí es verdad, y ni siquiera es entre hombre y mujer que no se nota tanto el machismo; también entre clases, porque en esta condición donde estamos ahorita resulta que afortunadamente hay muchos sectores que en tiempo normal no nos habríamos encontrado, no estaríamos hablando, no nos estaríamos apoyando mutuamente, pero cuando sentimos que el país está en riesgo, estamos juntos, y de todas las edades y de todas las clases, unos mediana empresa, otros gran empresa, otros políticos, y cantantes y artistas. O sea que este momento nos une y yo creo que es igual en el comportamiento de todos nosotros.
Es nuestra especie humana, ojalá que así sea siempre, pero a veces solamente se da cuando hay emergencia.
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