Recolonización de América Latina
Heinz Dieterich Steffan
Rebelión
27 de abril del 2002
La ruptura de las relaciones diplomáticas con Cuba; el
golpe de Estado en Venezuela; la cancelación de las
negociaciones de paz en Colombia y la destrucción
económica de Argentina para liquidar el MERCOSUR,
muestran los dramáticos avances de la recolonización
de América Latina. Después de dos siglos, la esencia
anexionista de la doctrina Monroe se ha convertido en
el principio rector decisivo del hemisferio. Con
América del Norte y Centroamérica bajo el control
absoluto de Washington, el último campo de batalla
anexionista es América del Sur.La ruptura diplomática de Uruguay con Cuba es sólo el
inicio de una reacción en cadena programada para este
año y el siguiente. Amparados en pretextos de
diferentes grados de torpeza y hipocresía, las
naciones centroamericanas y andinas seguirán el
sendero luminoso trazado por la Casa Blanca y Miami
que pretende consumarse con el rompimiento de los
vínculos interestatales entre la isla y algún país
grande del hemisferio.El botín esperado por los operadores privados del
proyecto, cuyo instrumento ejecutor es el gobierno de
Washington, no es del mismo rango que el de otros
megaproyectos del capital en la región, por ejemplo,
la apropiación de la Amazonía o de la Patagonia. Pero,
tampoco es despreciable. Tan sólo el valor de los
recursos materiales y de know how de la biotecnología
y medicina cubana oscila en torno de los 25 a 50 mil
millones de dólares, según el plazo de cálculo; y el
potencial de urbanización y "desarrollo inmobiliario"
de la isla, bajo reglas de mercado, trasciende los 200
mil millones de dólares. Es esa la energía criminal
que propulsa incesantemente desde Miami el avance de
la ejecución del megaproyecto "Cuba".El megaproyecto de anexión de Colombia, conocido como
el "Plan Colombia", tiene como blancos a la Amazonía
de este país, sus recursos de agua dulce, el petróleo,
el carbón, la agroindustria y diversos corredores
transoceánicos fluviales y terrestres. En Argentina,
la política del Fondo Monetario Internacional (FMI) de
los estadounidenses y europeos, tiende hacia la
instalación de una dictadura neoliberal (tal como se
pretendió en Venezuela) que transforme al país en un
protectorado, como ha sido propuesto por el profesor
Ruediger Dornbush, del MIT; que destruya la
alternativa de integración regional latinoamericana
del MERCOSUR y que entregue la Patagonia y los
derechos argentinos de la Antártida a la burguesía
atlántica: las transnacionales estadounidenses y
europeas.El megaproyecto Venezuela que se planeaba instalar con
el golpe de Estado empresarial-militar del 11 de
abril, tenía la función de asegurar la más grande
empresa de América Latina, Petróleos de Venezuela
(PdVSA), y las gigantescas reservas de minerales, gas,
agua dulce, biodiversidad y carbón, para las
corporaciones transnacionales de Washington. Dado que
Venezuela es, en este momento, junto con Argentina, la
figura decisiva en el ajedrez hemisférico, la anatomía
del golpe amerita un breve análisis propio.El coup d´ état transnacional-militar venezolano
fracasó básicamente por tres factores: a) la división
dentro de los subversivos alzados; b) la gallarda
resistencia de las clases populares y, c) la decidida
oposición de un grupo de militares patrióticos y
constitucionalistas. En cuanto al primer factor, hubo
una especie de golpe dentro del golpe que debilitó a
los conspiradores. El sindicalismo patronal (Central
de Trabajadores de Venezuela, CTV), encabezado por el
líder ilegítimo Carlos Ortega, y la cúpula empresarial
Fedecámaras, con su presidente Pedro Carmona, se
ostentaban como protagonistas visibles del coup
d´etat, cuando, de hecho, no eran más que títeres de
una operación transnacional planeada desde Washington,
Nueva York, Miami, Madrid y, muy probablemente, de un
país terrorista de Medio Oriente.El fácil triunfo del golpe envalentonó a su componente
decisivo, el transnacional, que decidió que la máscara
de la "rebelión democrática contra la dictadura de
Chávez" ya no era necesaria y que podía implementarse
abiertamente la dictadura al servicio de Washington:
con la disolución de todas las instituciones
democráticas; con el terror contra los disidentes; la
privatización de PdVSA y la cancelación inmediata de
los suministros petroleros a Cuba. Fue esa acción
prematura, la que aglutinó a todos los sectores
anti-dictatoriales en un amplio frente de rechazo que
decidió el destino de la subversión.Dentro de esta alianza por la democracia y la Patria,
fueron importantes los sectores populares que con
algunos líderes históricos y otros emergentes
enfrentaron a los subversivos de Fedecámaras y Miami,
dando un aleccionador ejemplo de praxis democrática y
conciencia política en la calle. Decisivo, sin
embargo, fue la "Operación Restitución de la Dignidad
Nacional," mediante la cual 14 generales con 20
batallones, equivalentes a 20 mil hombres con tanques
y aviones de guerra, neutralizaron a los golpistas
mediante un ultimátum destinado a restituir la
constitucionalidad.El fracaso del golpe en Venezuela fue la primera
derrota estratégica del proyecto del Tercer Orden
Mundial (TOM) de George Bush II, consiste en convertir
a la aldea global en un obraje global militarizado.
Por lo mismo, Bush tiene que revertir la derrota. Es
por eso que los golpistas avanzan nuevamente con toda
velocidad el plan de desestabilización, cuya nueva
fecha de choque ya está programada para el Primero de
Mayo. Para parar estructuralmente a esos golpistas que
no tienen ninguna voluntad de reconciliación, el
gobierno venezolano tiene que resolver urgentemente
cuatro tareas: 1. reorganizar drásticamente el sistema
de conducción del proceso; 2. superar la actual
improvisación y reactividad gubernamental mediante un
plan estratégico; 3. definir con claridad el carácter
político-económico del proyecto bolivariano para
establecer alianzas internas y externas; 4. resolver
el problema de los medios.La versión moderna de la política de megaproyectos
capitalistas fue desarrollada por los estrategas de
planificación de Adolf Hitler y constituyó la base de
su política anexionista en Europa
(Gross-Raumordnungspolitik) que desató la Segunda
Guerra Mundial. El proyecto de recolonización de
América Latina es retoño de ese mismo árbol.
http://www.rebelion.org/internacional/steffan270402.htm