Hugo Chávez:

"Luz roja en el tablero ante pretensiones foráneas con nuestra Amazonía"

Carmen Ostia Pulgar

Argenpress.info

19 de junio 2003


'Amparados en el marco del neoliberalismo y las tesis
intervencionistas, que
quieren desconocer la soberanía de los pueblos, los límites, las leyes
que
nos damos nosotros, sobre todo los países del Sur (Suramérica), han
querido
algunos internacionalizar la Amazonía: ojo y oído'.

De esta forma alertó el primer mandatario venezolano, Hugo Chávez
Frías,
este domingo, en la edición N° 153 de su programa semanal 'Aló
Presidente',
transmitido desde esta ciudad de la República Federativa de Brasil,
donde
viajó para participar en el Tercer Encuentro de Empresarios, clausurado
este
sábado, con resultados satisfactorios para las relaciones bilaterales
de
carácter económico entre Venezuela y esta hermana nación suramericana.

'Luz roja en el tablero', solicitó repetidamente, ante las pretensiones
foráneas de adueñarse de Amazonía. Como respuesta, 'desde aquí nosotros
los
que vivimos en esta tierra, nos parecemos a esta tierra, a sus plantas,
a
sus indios, a su magia, a su inmensidad, los que soñamos con ella y
luchamos
en ella decimos: la Amazonía es de todos, sí, de todos los brasileros,
de
todos los venezolanos, de todos los colombianos, de todos los peruanos,
de
todos los bolivianos, de todos los guyaneses, de todos los surinameses,
es
de todos nosotros'.

Para reforzar su llamado de atención a los amazonenses, el jefe de
Estado
rememoró citas de altos funcionarios gubernamentales en países
desarrollados, como, por ejemplo, el ex vicepresidente de Estados
Unidos, Al
Gore, en 1989 dijo: 'Al contrario de lo que los brasileros piensan, la
Amazonia no es de ellos sino de todos nosotros'. Prosiguió, con un
planteamiento del ex presidente francés Francois Mitterrand, también en
el
89: 'Brasil precisa aceptar una soberanía relativa sobre la Amazonia'.

Luego, en 1992, el ex presidente de la para entonces Unión Soviética,
Mijail
Sergueivitch Gorbachov, expresó: 'Brasil debe delegar parte de sus
derechos
sobre la Amazonia a los organismos internacionales competentes', leyó
textualmente. Asimismo, en el 92, el ex primer ministro de Gran
Bretaña,
John Mayers, 'fue un poco más lejos' al decir: 'las naciones
desarrolladas
deben extender su dominio legal a lo que es común a todo el mundo.

Las campañas ecologistas internacionales que ven limitaciones a las
soberanías nacionales sobre la región amazónica, están dejando una fase
propagandística para dar inicio a una fase operacional que puede,
definitivamente, incluir intervenciones militares en la región'.

La también ex primer ministra de Gran Bretaña, Margaret Tatcher, 'una
de las
madres del neoliberalismo' un poco antes afirmó: 'Si los países
subdesarrollos no consiguen pagar sus deudas externas, que vendan sus
riquezas, sus territorios y sus fábricas'.

A juicio del presidente Chávez, tales planteamientos son 'el
imperialismo en
su más cruda expresión'.

'Desde aquí, desde Manaus, corazón de la Amazonas, a quienes siguen
pregonando y defendiendo estas tesis intervencionistas, decimos lo
siguiente: por qué nosotros no internacionalizamos, entonces, los
grandes
museos, las grandes corporaciones financieras. Vamos a
internacionalizar la
isla de Manhattan, vamos a internacionalizar las reservas de las
biosfera en
otras partes del planeta; vamos a internacionalizar Roma, la Ciudad
Eterna.
Por qué no decimos que los niños pobres del mundo son de todos nosotros
y
que todos somos responsables de los niños que no comen, que no van a la
escuela, que tienen hambre y mueren por eso'.

'¡Qué bonito sería decirlo! ¡Qué bonito sería que los países más
poderosos
del planeta posaran sus ojos, su corazón, sus recursos y su desarrollo
en
los más débiles de la Tierra!'.

Convidó, en consecuencia, a propugnar el desarrollo endógeno de este
vasto
territorio verde, el desarrollo integral de los pueblos; el respeto al
equilibrio ecológico, a la soberanía, a las leyes, el impulso hacia
formas
de vida cada vez mejores, 'en función de ésta, nuestra condición; de
ésta,
nuestra esencia, es que venimos aquí hoy, 15 de junio, a acompañar el
tremendo esfuerzo de empresarios venezolanos y brasileros, que ha sido
todo
un éxito'.

El presidente Chávez hizo las siguientes precisiones, para concientizar
aún
más el valor de la tierra que exhorta a preservar: Amazonia, voz
aborigen
que significa agua que retumba, es la selva más extensa de la Tierra,
su
pulmón verde. Con 7 millones de kilómetros cuadrados constituye un
tercio
del territorio de América del Sur, cuya mayor parte está en Brasil. Los
países amazónicos son Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia,
Guyana,
Surinam y Guayana Francesa. El rey de ese inmensa biodiversidad es el
río
Amazonas, el de mayor longitud del planeta y el primero en volumen de
agua;
el príncipe es el caudaloso río Orinoco.

Encierra además gran cantidad de riquezas: minerales como hierro y
petróleo,
piedras preciosas, madera. En la Amazonia habitan 20 millones de
personas,
de quienes 300 mil son indígenas, y se formó hace 12 mil años.

Venezuela conforma una especie de engranaje entre el Caribe, Los Andes
y
Amazonia; es decir, 'somos caribeños, andinos y amazonenses', subrayó
el
presidente Chávez.

Estaban con el primer mandatario venezolano la nutrida comitiva que lo
acompañó, como por ejemplo, el ministro de Estado para el Desarrollo
Sustentable de Zonas Especiales, Francisco Natera; el ministro de
Infraestructura, Diosdado Cabello y el titular de la Corporación
Venezolana
de Guayana (CVG), Francisco Rangel Gómez.

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De: info@argenpress.info

Opinión
HUGO CHAVEZ Y RAFAEL BIELSA
AMAZONAS Y MALVINAS EN EL DISCURSO ANTICOLONIAL
Por: Emilio J. Corbière (exclusivo para ARGENPRESS.info) (Fecha
publicación:17/06/2003)

El discurso del presidente de Venezuela Hugo Chávez, desde Manaos,
sobre la
defensa del Amazonas y el del canciller argentino, Rafael Bielsa, en la
ONU,
sobre las Islas Malvinas, reconstituyen una política contraria al
neocolonialismo, en el marco de la globalización.

De paso para Asunción, donde se reúne la cumbre del Mercosur, Hugo
Chávez
pronunció un discurso en Manaos, Brasil, que muy pocos medios de
comunicación difundieron. En esa intervención radial, Chávez defendió
la
soberanía sudamericana sobre la región amazónica, amenazada por el
criterio
de 'internacionalización' que impulsan principalmente desde Washington,
Londres y Paris.

Si se mira el mapa no quedan dudas de que la 'Amazonia', una extensa
región
selvática, involucra exclusivamente a Brasil, Bolivia, Colombia,
Guyana,
Ecuador, Perú, Suriname y Venezuela.

Los ojos de muchos países del primer mundo y de sus multinacionales,
miran
codiciosos esa zona, piensan en su deforestación, venta de miles de
toneladas de madera, en el reconocimiento regional para lograr cuencas
petrolíferas, minas y fuentes auríferas diversas y otros bienes
producidos
por la naturaleza.

Según Chávez, la ex primera ministro británica, Margaret Thatcher
habría
sostenido: 'si los países subdesarrollados no consiguen pagar sus
deudas
externas, que vendan sus riquezas, sus territorios y sus fábricas'.

Chávez acusó a Washington y Londres de imperialistas y propuso
'internacionalizar' las riquezas de las grandes corporaciones
financieras.

Lo de Chávez también es una respuesta al presidente de Colombia, Álvaro
Uribe Vélez, que hace meses, en la reunión de Davos, pidió a Estados
Unidos
que invadiera el Amazonas porque allí tendrían campamentos las FARC, el
movimiento guerrillero más importante colombiano.

Chávez habló de soberanía territorial y, en el mismo sentido, se
pronunció
el canciller argentino Rafael Bielsa, en la ONU, donde dio un giro de
180
grados a la política de la última década sobre el conflicto de Malvinas
e
Islas del Atlántico Sur. La Argentina quiere negociar con los
británicos sin
los kelpers. Se terminaron las 'relaciones carnales' y la 'soberanía',
dice
el canciller, es irrenunciable.

Hay un discurso nacionalista que hace mucho tiempo no se escuchaba, por
lo
menos en la Argentina, un nacionalismo práctico basado en el derecho
internacional, ya que Bielsa recordó las resoluciones de la ONU
anteriores a
la Guerra de 1982, que afianzaron los derechos de la Argentina sobre
las
islas irredentas.

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De: info@argenpress.info

Mercosur
CUMBRE DE ASUNCION
VENEZUELA LLEGA AL MERCOSUR POR LA CARRETERA DE BRASIL
Por: Modesto Emilio Guerrero (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha
publicación:19/06/2003)

En los últimos 6 a 7 años, Brasil y Venezuela fraguaron un flujo de
relaciones comerciales, diplomáticas y políticas, que modificaron el
cuadro
completo de sus relaciones anteriores. Uno de sus símbolos más
llamativos
fue la construcción de la larguísima carretera Guri-Boa Vista, desde el
emporio industrial de Ciudad Guayana en Venezuela, hasta la de Manaus.
Por
allí se han transportado mercaderías, turistas, buenas y malas
costumbres y
acuerdos de Estado.

Fue algo parecido a lo que observamos en las relaciones entre Argentina
-
Brasil y Chile - Argentina, donde las hipótesis de guerra (unas 9 en
total,
entre 1936 y 1982), fueron sustituidas por alianzas económicas,
comisiones
conjuntas hasta en el campo militar, puentes, rutas y pasos de
frontera. No
faltó, entre tanta frugalidad fronteriza, la hipótesis casi
armagedónica, de
una Primera Dama chilena en la Casa Rosada de Argentina, algo
inconcebible
en los tiempos del Beagle.

Este movimiento dio un salto desde los años finales del gobierno de
Fernando
Henrique Cardoso, cuando el gobierno de Chávez, encontró nuevos
espacios de
acercamiento, en materias como el petróleo (exploración off-shore,
refinación y tecnología), el gas y el comercio al noroeste de Brasil,
para
anudar esa nueva relación histórica.

El auxilio brasileño a la asediada economía petrolera venezolana, entre
diciembre de 2002 y enero-febrero de 2003, fue una de las última
decisiones
del mandato de Cardoso.

Con la entrada al gobierno de Ignácio Lula Da Silva, lo que era
considerado
'buenas y nuevas relaciones', se constituyó como alianza estratégica.
Existen aproximaciones políticas suficientes, a pesar de que no todo lo
que
se hace en Brasil se parece a lo que se hace en Venezuela, y viceversa.

Las fronteras del Brasil

Pero además, son distintas las relaciones con el mundo. Para el G-8
(las
ocho potencias que controlan el mundo), Brasil es la novena economía
del
globo terráqueo. Es considerado un global trader del comercio mundial y
un
Estado hegemónico en el sur del continente.

En enero, en medio del sabotaje a PDVSA, el imperialismo trato de
experimentar esa fuerza subregional del Brasil. Para ablandar al
embravecido
chavismo, montaron el 'Grupo de Países Amigos de Venezuela', con la
participación de dos gobiernos golpistas confesos: España y Estados
Unidos.
No pasó del intento, pero quedó demostrada la potencia regional del
Estado
brasileño para incidir en el hemisferio.

Venezuela no es nada de eso. Su lugar económico en el continente está
detrás
de Colombia y Chile, si la medimos por el PBI y la sustentabilidad de
este
medidor macroeconómico. Sus pretensiones 'caribeñistas' y 'andinistas',
desde finales de la década del sesenta, se debilitaron al ritmo de la
caída
del precio del petróleo a mediados de los ochenta. La sensitiva
posición
petrolera mundial de Venezuela, son su fuerza y su vulnerabilidad en
tiempos
de globalización.

En sentido contrario, los gobiernos rectores del sistema mundial de
Estados,
le adjudican a Brasil un rol regional desde mediados de los años
sesenta. En
la jerga de la economía política del siglo XX, esas posiciones fueron
definidas como 'sub imperialista'. Brasil, Sudáfrica, India, México,
Turquía
o Siria, cumplieron ese rol en distintos momentos.

En 1975, el Secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, lo
dejó
bien claro cuando pronuncio esta sentencia lapidaria: 'Las fronteras
del
Brasil llegan hasta el Pacífico'. Un año después, los golpes militares
en
Uruguay, Chile y Argentina (un poco después Bolivia) dieron cuenta de
ello.

Las dos estaciones de Venezuela

Un viejo informe de la Cancillería venezolana, de 1992, afirma que
entre
1983 y 1990 hubo 321 choques entre 'seringueiros' (exploradores
ilegales)
brasileños y la Guardia Nacional de Venezuela. En el cuidadoso lenguaje
de
las Relaciones Exteriores, a esa impresionante cantidad de
enfrentamientos,
en la inextricable frontera con Brasil, los llamaron 'hipótesis de
riesgo'.
Varios de ellos suficientemente violentos como para poner en estado de
alerta a las fuerzas armadas de ambos países.

Eso fue cambiado por comercio, carreteras, servicios y turismo. Al día
de
hoy, sumando grosso modo, las inversiones, alianzas empresarias y el
comercio bilateral, Venezuela y Brasil sostienen negocios por más de 10
mil
millones de dólares, una cifra tentadora para sostener las mejores
relaciones, aunque las políticas no sean iguales.

Uno de los acuerdos centrales entre ambos Estados es el MERCOSUR. Para
la
economía brasileña sigue siendo un espacio vital. Mientras que para la
Venezuela tiene doble dimensión: Es una zona de contención y defensa
política, y un espacio de diversificación comercial.

Venezuela inició su camino al MERCOSUR por la larga carretera
brasileña,
hace unos 7 años.

Basta con citar algunos ejemplos de cómo ocurrió esto: Se firmaron 9
Acuerdos de asociación estratégica para formar Petroamérica, un mega
proyecto energético global que uniría a Petróleos de Venezuela y
Petrobras
en una empresa común. Con este acuerdo marco se han realizado decenas
de
inversiones, coinversiones y asociaciones entre Petrobras y PDVSA.

Si se concretase Petroamérica, se transformarían en la primera
petrolera del
mundo. PDVSA es la segunda en el ránking de las petroleras más
rentables y
Petrobras ocupa el 9° lugar.

La larga carretera Manaus-Ciudad Guayana se ha convertido en uno de los
corredores comerciales más pujantes de la subregión. Si lo medimos por
el
porcentaje de mercaderías, que empresas venezolanas venden a ciudades
brasileñas de las regiones norte y nordeste, la dinámica actual es de
integración económica y territorial de hecho.

Algo parecido vimos en las fronteras de Cúcuta y Maicao, que unen a
Venezuela con Colombia, durante los primeros 7 años de la década del
noventa, que hizo crecer el comercio bilateral de 2 mil a casi 10 mil
millones de dólares anuales.

El segundo sábado de junio de 2003, se reunieron en Manaos, con la
presencia
del presidente venezolano, unos 400 empresarios de ambos países.

Pero esa es apenas una pequeña fracción de los 5 mil 400 empresarios
que
cruzaron la frontera entre marzo de 1999 y diciembre de 2002. Todo un
ejército en busca de espacios comerciales, sociedades o nichos para sus
productos. 164 ruedas de negocios, 54 exposiciones. (Informes: Cámaras
de
Comercio de Caracas, Cámara Caribeña Venezolana, de Manaus, de San
Pablo, de
Rio de Janeiro, BNDES-Banco Nacional de Desarrollo y SEBRAE).

Después de tanteos diplomáticos y negocios crecientes, la integración
de
Venezuela al Mercosur, que arrancó en la 'estación Manaus' hace más de
media
década, terminó en la 'estación Argentina', con el impulso decisivo del
gobierno de Kirchner.



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