Non Plus Ultra

Alberto Piris

La Estrella Digital - Rebelión

3 de julio del 2003

 


El Ministerio de Defensa ha informado de que una brigada compuesta por soldados españoles e hispanoamericanos, denominada "Plus Ultra", desplegará este verano en territorio iraquí, para colaborar en la ocupación estadounidense de ese país.

Muchos aspectos de esta misión suscitan preocupación. Para considerarlos, no está de más comenzar con una glosa del nombre adoptado para la unidad. "Plus Ultra" no parece un nombre elegido al azar. Según la mitología, Hércules había escrito la leyenda "Non Plus Ultra" (no más allá) en las columnas que marcaban el fin del mundo conocido en su extremo occidental mediterráneo, erigidas por él en Gibraltar y Ceuta.

Los Reyes Católicos, envanecidos por las conquistas en ultramar que les aseguraban nuevos territorios y fortalecían el poder del naciente Estado, acuñaron moneda en la que se representaban dichas columnas, pero con la inscripción antónima "Plus Ultra", en el sentido de ir más allá, de cruzar la puerta del nuevo mundo. (El actual signo del dólar - $ - tiene su origen en ese diseño gráfico). Posteriormente se incorporaron las columnas y la leyenda al escudo de los Austrias, para mostrar que Carlos I había extendido los límites de su imperio más allá de lo alcanzado por el mítico héroe griego.

Un poeta portugués describía así la situación internacional en los albores del siglo XVI: "Do Tejo a China o portugués domina. Dum Pólo a outro o castelhano impera. E os dois extremos da terrestre esfera dependem de Madrid e de Lisboa." La cuarteta no es solo atribuible a envanecimiento o petulancia, pues el poeta no andaba descaminado al expresar tal reparto del poder mundial. Tras las bulas que emitió el Papa Alejandro VI en 1493, que repartían entre los dos estados ibéricos el nuevo mundo descubierto a Levante y Poniente, para dirimir sus crecientes disputas, se llegó al Tratado de Tordesillas en 1494, firmado por "el rey y reina de Castilla y de León y el rey Juan II de Portugal", por el que, en líneas generales, se dividía el mundo recién descubierto en dos hemisferios: el oriental luso y el occidental castellano. El tratado permitió a Portugal poner pie en Brasil y no limitarse a ocupar los territorios explorados en África y Asia; pero los demás estados europeos hicieron caso omiso de él y empezaron pronto a socavar la expansión ibérica, con los resultados de sobra conocidos.

Otros nuevos imperios nacieron y se extinguieron. Los tiempos han cambiado mucho. Madrid y Lisboa no rigen el orbe terráqueo, controlado hegemónicamente desde Washington. Es en esta tesitura, y no soñando imperiales aventuras del pasado, cuando surgen serias dudas sobre el envío de la brigada "Plus Ultra" a Iraq. Este país fue atacado e invadido, contra toda legalidad internacional, por decisión de EEUU. La prevista reconstrucción posbélica se está revelando complicada y difícil, como era de temer. El ocupante ha decidido dividir Iraq en cuatro sectores, de los que se reserva los dos septentrionales, dejando los dos meridionales bajo control polaco y británico respectivamente.

La Brigada española estará encuadrada en una División con mando polaco. ¿Qué pinta Polonia en todo esto? ¿Es la recompensa que EEUU otorga al país que algunos consideran el Caballo de Troya estadounidense en la Unión Europea? Porque se ignora hasta el presente cualquier experiencia polaca en misiones de tal naturaleza. Con el revelador detalle de que, carente de los recursos necesarios, Varsovia ha solicitado con urgencia ayuda económica y material para poder cumplir la misión. Y lo que es más chocante: ¿qué intereses españoles están allí en juego? ¿Qué aspectos de la defensa nacional se cubren mejor con este remoto despliegue militar?

Si se trata solo, como se suele decir, de ayudar a "sacar las castañas del fuego" a EEUU, cuyos patentes errores políticos están convirtiendo Iraq en un avispero peligroso, muy alto tendría que ser el precio pagado por Washington a Madrid para que merezca la pena correr tanto riesgo. Poco o nada se sabe de esto.

Mueren casi a diario soldados de los ejércitos invasores, hostigados por acciones irregulares y guerrilleras que hasta los más profanos en Historia bélica habían predicho, visto el curso de los acontecimientos en el desdichado país mesopotámico. No es difícil prever cuál será la opinión pública española si empiezan a morir nuestros soldados en una ciudad iraquí de nombre desconocido, bajo el mando de un general polaco y atacados por los partisanos iraquíes, que ven en ellos a combatientes aliados de los ejércitos de EEUU, cómplices de su imprevisión para gestionar la posguerra y de su incapacidad para construir la paz allí donde antes sus armas devastaron y mataron implacablemente.

En tales circunstancias habría que considerar si no sería conveniente recobrar el significado original de la leyenda herculana: "Non Plus Ultra", es decir, no al envío de la Brigada Plus Ultra a esa misión innecesaria e inexplicada. Reconocer dónde están los propios límites es una virtud que ni siquiera repugnó al heroico hijo de Zeus.

* Alberto Piris es General de Artillería en la Reserva Analista del Centro de Investigación para la Paz (FUHEM)



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