Al iniciar el Ramadán:

Insurrección de Bagdad -

Resistencia iraquí ataca hotel donde se alojaba segundo del Pentágono

Lisandro Otero

Rebelión

28 de octubre del 2003



Ayer, lunes 27, Bagdad despertó con el horrísono sonido de explosiones en cadena. Al iniciarse el mes sagrado del Ramadán las fuerzas patrióticas iraquíes quisieron enviar un mensaje de rebeldía y aliento a la resistencia contra la ocupación yanqui. Un ataque a seis comisarías de policía y a las oficinas de la Cruz Roja dejó un saldo de más de cuarenta muertos y 224 heridos. Entre ocho y diez de la mañana la ciudad fue sometida a la confusión de las sirenas de las ambulancias, al desorden del tráfico, al alboroto de los esbirros gringos asustados y en desorden, al caos de una metrópoli estremecida por la combatividad urbana de la resistencia.

Todo ello ocurrió cuando las autoridades de ocupación, apenas un día antes, decretaron la suspensión del toque de queda y la reapertura de un puente que comunica dos importantes sectores. Querían dar la impresión de normalidad, de regreso a condiciones de estabilidad confiables. El más absoluto fracaso respondió a este intento.

El domingo 26 los patriotas habían lanzado ocho cohetes contra el hotel Rashid, donde descansaba el más recalcitrante y agresivo de los halcones del Pentágono, Paul Wolfowitz, en gira de inspección por el nuevo protectorado estadounidense. Un coronel del ejército americano murió en la habitación debajo de la que ocupaba Wolfowitz. El subsecretario de Defensa apareció ante las cámaras de televisión con el rostro descompuesto, lívido de pavor, pero intentando un alarde fanfarrón de matón de barrio.

El ataque a las comisarías se explica porque es una respuesta al intento de organizar un cuerpo de cipayos diligentes, de sicarios amaestrados, que se encarguen de la represión local. Sesenta y cinco policías de la nueva fuerza fueron dados de baja en esos ataques. El atentado contra la Cruz Roja, por muy despiadado que pueda parecer, es un mensaje a las organizaciones internacionales que están cooperando con las fuerzas de ocupación.

En la actualidad las tropas norteamericanas y británicas reciben un promedio de 25 ataques por día, según admiten todos los medios de prensa. Ya no se trata de actos de desesperación aislada sino de una concertación de la resistencia, de una insurrección perfectamente coordinada que ha logrado abatir, hace apenas 48 horas, un helicóptero Black Hawk y averió un pesado C-130, uno de los aviones de transporte de mayor envergadura, con dos cohetes lanzados desde tierra.

Para colmo la Casa Blanca está pasando el jarrito de las limosnas para reunir los 55 billones de dólares que necesitan para poder succionar mejor su presa iraquí. En Madrid acaba de terminar una conferencia internacional en la cual algunos países se comprometieron con un óbolo discreto, como Francia y Alemania, pero Japón entregó cinco mil millones y hasta el neofranquista Aznar también se endeudó para seguir en su papel de perrito faldero, obediente y mimoso con su amo. Es el colmo del impudor: Estados Unidos envía a la muerte a sus jóvenes, conquista un país para entregárselo a las transnacionales como la Halliburton y después pide asistencia para explotarlo mejor.

Lo que muchos predijeron se está cumpliendo: Irak se encamina hacia la repetición de Vietnam. El procónsul Paul Bremer no cesa en sus peroratas sobre el rescate de la economía y la tranquilidad creciente pero todos se percatan que se trata de frases de propaganda. Por mucho que Bush se esfuerce en hablar de la recuperación iraquí, de la normalización de la vida cotidiana, los hechos son testarudos y se esfuerzan en desmentirlo. El volcán iraquí gruñe por todos sus cráteres y expulsa fuego y humo, impulsado por un pueblo iracundo y ofendido que no está dispuesto a dejarse sojuzgar.

gotli2002@yahoo.com


La Habana. 27 de octubre de 2003


Resistencia iraquí ataca hotel donde
se alojaba segundo del Pentágono

• Impactan ocho cohetes en el inmueble utilizado por las tropas de ocupación. Reportan otras acciones en Bagdad. Admite Colin Powell que se vive un período muy difícil

.BAGDAD.— El subsecretario de Defensa estadounidense, Paul Wolfowitz, considerado por la agencia alemana DPA el cerebro de la guerra en Iraq, salió hoy ileso de un ataque con misiles contra el hotel Rashid, donde se alojaba, como resultado del cual un coronel estadounidense murió y otras 15 personas —entre ellas cuatro soldados y siete civiles estadounidenses— resultaron heridos. También fueron gravemente lesionados cuatro extranjeros: un británico, un italiano, un checo y un nepalés.

Los misiles alcanzaron los pisos 7, 9 y 10 , pero no el 12 en el que se alojaba Wolfowitz, dijo EFE.

Policías iraquíes dijeron a DPA que el ataque fue realizado mediante un lanzacohetes teledirigido. Al parecer, una camioneta llevó hasta cerca del hotel un remolque y luego siguió camino. Los pasajeros de la furgoneta accionaron el lanzacohetes con un mando a distancia. Los policías abrieron fuego contra el vehículo, que huyó a gran velocidad. Los ocupantes de la camioneta replicaron al fuego, por lo que resultaron heridos dos uniformados iraquíes.

A su vez, el general Martin Dempsey, jefe de la Primera División Acorazada, dijo que el hotel fue impactado por lo menos con ocho proyectiles de 68 y 85 milímetros accionados por un dispositivo automático de los 29 que le fueron lanzados, todos provenientes de una lanzadera con 40 tubos, que calificó de primitiva.

El hotel Rashid, utilizado por militares y empleados civiles norteamericanos, está protegido por medidas de seguridad particularmente estrictas. El pasado 27 de septiembre fue objeto de un ataque con granadas.

El militar muerto en el ataque con misiles al hotel elevó a 346 el número de estadounidenses abatidos en Iraq, 208 después del primero de mayo, cuando el presidente norteamericano, George W. Bush, proclamó formalmente el fin de las hostilidades.


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