Subcomandante Insurgente Marcos, EZLNEsta es la guerra del miedo

Subcomandante Insurgente Marcos

La Jornada

15 de febrero 2003


Foro ALCArajo: Mensaje 1481

Mensaje del subcomandante Marcos, leído en Roma
por Heidi Giuliani durante la manifestación contra la guerra realizada el sábado pasado en
Roma, Italia. Heidi es la madre del militante
Carlo Giuliani, asesinado
por la policía italiana en Génova en durante las
marchas populares de julio
del 2001.


EJERCITO ZAPATISTA DE LIBERACION NACIONAL. MEXICO.
15 DE FEBRERO DE 2003.



HERMANOS Y HERMANAS DE LA ITALIA REBELDE:



Reciban ustedes un saludo de los hombres, mujeres,
niños y ancianos del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Nuestra
palabra se hace nube para
cruzar el océano y llegar a los mundos que hay en
vuestros corazones.



Sabemos que el día de hoy se realizan movilizaciones
en todo el mundo para
decir ''No'' a la guerra de Bush contra el pueblo de
Irak.



Y esto hay que decirlo así, porque no es una guerra
del pueblo
norteamericano, ni es una guerra contra Saddam
Hussein.



Es una guerra del dinero, que es representado por el
señor Bush (tal vez
para enfatizar que carece de toda inteligencia). Y
es contra la humanidad,
cuyo destino está hoy en juego en los suelos de
Irak.



Esta es la guerra del miedo.



Su objetivo no es derrocar a Hussein en Irak. Su
meta no es acabar con Al
Qaeda. Tampoco busca liberar al pueblo iraquí. No
son ni la justicia ni la
democracia ni la libertad las que animan este
terror. Es el miedo.



El miedo a que la humanidad entera se niegue a
aceptar un policía que le
diga qué debe hacer, cómo debe hacerlo y cuándo debe
hacerlo.



El miedo a que la humanidad se niegue a ser tratada
como un botín.



El miedo a esa esencia del ser humano que se llama
rebeldía.



El miedo a que los millones de seres humanos que hoy
se movilizan en todo el
mundo triunfen al enarbolar la causa de la paz.



Porque las bombas que serán lanzadas sobre
territorio iraquí no sólo tendrán
como víctimas a los civiles iraquíes, niños,
mujeres, hombres y ancianos
cuya muerte será sólo un accidente en el atropellado
y arbitrario paso de
quien llama, de su lado, a Dios como coartada para
la destrucción y la
muerte.



Quien encabeza esta estúpidez (que es apoyada por
Berlusconi en Italia,
Blair en Inglaterra y Aznar en España), el señor
Bush, con dinero compró el
poderío que pretende arrojar sobre el pueblo de
Irak.



Porque no hay que olvidar que el señor bush está de
jefe de la
autoproclamada policía mundial, gracias a un fraude
tan grande, que sólo
pudo ser ocultado por los escombros de las Torres
Gemelas en New York y la
sangre de las víctimas de los atentados terroristas
del 11 de septiembre del
año 2001.



Ni Hussein ni el pueblo iraquÍ le importan al
gobierno norteamericano. Lo
que le importa es demostrar que puede cometer sus
crímenes en cualquier
parte del mundo, en cualquier momento y que lo puede
hacer impunemente.



Las bombas que caerán en Irak buscan también caer en
todas las naciones de
la tierra. Quieren caer también sobre nuestros
corazones y así universalizar
el miedo que llevan dentro.



Esta guerra es contra toda la humanidad, contra
todos los hombres y mujeres
honestos.



Esta guerra busca que tengamos miedo, que creamos
que aquel que tiene el
dinero y la fuerza militar, tiene también la razón.



Esta guerra pretende que nos encojamos de hombros,
que hagamos del cinismo
una nueva religión, que nos quedemos callados, que
nos conformemos, que nos
resignemos, que nos rindamos... que olvidemos...



Que olvidemos a Carlo Giuliani, el rebelde de
Génova.



Para los zapatistas, los hombres somos lo que sueñan
nuestros muertos. Y hoy
nuestros muertos sueñan un ''no'' rebelde.



Para nosotros sólo hay una palabra digna y una
acción consecuente frente a
esta guerra. La palabra ''no'' y la acción rebelde.



Por eso es que debemos decir ''no a la guerra''.



Un "no" sin condiciones ni peros.



Un "no" sin medias tintas.



Un "no" sin grises que lo manchen.



Un "no" con todos los colores que pintan el mundo.



Un "no" claro, rotundo, contundente, definitorio,
mundial.



Lo que está en juego en esta guerra es la relación
entre el poderoso y el
débil. El poderoso lo es porque nos hace débiles. Se
alimenta de nuestro
trabajo, de nuestra sangre. Asi él engorda y
nosotros languidecemos.



En esta guerra, el poderoso ha invocado a Dios de su
lado, para que
aceptemos su poderío y nuestra debilidad como algo
establecido por designio
divino.



Pero detrás de esta guerra no hay más dios que el
dios del dinero, ni más
razón que el deseo de muerte y destrucción.



La única fortaleza del débil es su dignidad. Ella lo
anima a luchar para
resistir al poderoso, para rebelarse.



Hoy hay un "no" que debilita al poderoso y fortalece
al débil: el "no" a la
guerra.



Alguno se preguntará si la palabra que convoca a
tantos en todo el mundo
será capaz de evitar la guerra o, ya iniciada, de
detenerla.



Pero la pregunta no es si podremos cambiar el rumbo
asesino del poderoso.
No. La pregunta que nos deberíamos hacer es:
¿podremos vivir con la
vergüenza de no haber hecho todo lo posible por
evitar y detener esta
guerra?



Ningún hombre y mujer honestos pueden permanecer
callados e indiferentes en
este momento.



Todos y todas, cada quien con su tono, con su modo,
con su lengua, con su
acción, debemos decir "no".



Y si el poderoso quiere universalizar el miedo con
la muerte y la
destrucción, nosotros debemos universalizar el "no".



Porque el "no" a esta guerra es también un "no" al
miedo, "no" a la
resignación, "no" a la rendición, "no" al olvido,
"no" a renunciar a ser
humanos.



Es un "no" por la humanidad y contra el
neoliberalismo.



Deseamos que este "no" traspase las fronteras, que
burle las aduanas, que
supere las diferencias de lengua y cultura, y que
una a la parte honesta y
noble de la humanidad, que siempre, no hay que
olvidarlo, será la mayoría.



Porque hay negaciones que unen y dignifican. Porque
hay negaciones que
afirman a los hombres y mujeres en lo mejor de sí
mismos, es decir, en su
dignidad.



Hoy el cielo del mundo se nubla de aviones de
guerra, de misiles que se
autodenominan "inteligentes" sólo para ocultar la
estupidez de quien los
manda y de quien, como Berlusconi, Blair y Aznar,
los justifican, de
satélites que señalan los puntos donde hay vida y
habrá muerte.



Y el suelo del mundo se mancha de máquinas de guerra
que habrán de pintar de
sangre y vergüenza la tierra.



Se viene la tormenta.



Pero sólo amanecerá si las palabras hechas nube para
atravesar las fronteras
se convierten en un "no" hecho piedra y le abren una
rendija a la oscuridad,
una grieta por la que se pueda colar el mañana.



Hermanos y hermanas de la Italia rebelde y digna:



Acepten este "no" que, desde México, les mandamos
los zapatistas, los más
pequeños.



Permitan que nuestro "no" se hermane con el vuestro
y con todos los "no" que
hoy florecen en toda la tierra.



¡Viva la rebeldía que dice "no"!



¡Muera la muerte!



Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Por el Comité Clandestino Revolucionario
Indígena-Comandancia General del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.



Subcomandante Insurgente Marcos.



México, febrero de 2003


http://www.ezln.org


Volver arriba
Los pobres de la tierra.org