Entrevista con Tarek Aziz, vicepresidente de Irak
La Jornada
Marzo 2003
Foro ALCArajo: Mensaje 1554 of 1661
México no ganaría nada si apoya un ataque a Irak
EXPRESA SU ESPERANZA DE QUE SE MANTENGA LA POSTURA
POR LA PAZ
América Latina, plantea el funcionario iraquí, tiene
ante sí una oportunidad histórica: si fracasa el
proyecto imperialista de Estados Unidos en Medio
Oriente, las fuerzas progresistas de la región van a
poder crecer y fortalecerse
BLANCHE PETRICH ENVIADA ESPECIAL
Bagdad, 2 de marzo. Tarek Aziz, primer
vicepresidente de Irak, dijo que México "no ganaría
nada" si abandona su actual posición en el Consejo
de Seguridad de la ONU en contra de un ataque
unilateral de Estados Unidos a este país, y expresó
la esperanza de que "se mantengan firmes" los dos
países latinoamericanos cuyos votos son cruciales
para evitar que este órgano de Naciones Unidas dé
luz verde a la intención belicista de Estados
Unidos: México y Chile.
"México es un país amigo. No tiene razón alguna para
tomar una posición negativa contra Irak. Y si lo
hace, ¿qué ganaría? El pueblo de México no tiene
nada que ganar si el gobierno apoya a Estados Unidos
para hacerle la guerra a nuestro país. No gana
nadie, ni siquiera el capitalismo mexicano", comentó
en entrevista con La Jornada.
Aziz sostuvo que Latinoamérica "tiene una
oportunidad histórica en estos días cruciales. Si
fracasa el proyecto imperialista de Estados Unidos
en Medio Oriente, las fuerzas progresistas de
América Latina van a poder crecer y fortalecerse".
Describió lo que, en su opinión, se ha convertido en
una trampa para la superpotencia: "Si Estados Unidos
lanza una guerra va a ser una derrota para ellos. Y
si no la lanza -esto, desde luego, sería lo mejor-
también va a fracasar".
Explicó también que en los dos últimos días el
gobierno de Bagdad cambió su posición y finalmente
aceptó la destrucción de sus misiles Al Samoud
"porque queremos cooperar con aquellos gobiernos
que, como Francia y México, están conscientes de que
es necesario frenar a Estados Unidos, Gran Bretaña y
España". Pero añade: "que quede claro, no es
armamento de destrucción masiva".
Plantea durante la entrevista un seguimiento puntual
de la situación latinoamericana: "En Venezuela,
Estados Unidos fracasó en su intento de
desestabilizar al gobierno de Hugo Chávez. Este
presidente llegó al poder en Venezuela
democráticamente electo y no han podido derrocarlo.
Pero si Irak cae, Venezuela puede ser amenazado
militarmente, como nosotros ahora. Y si acaso Bush
tuviera éxito ahora y descabezara al gobierno de
Irak, no será el único en caer. Al igual que Irak,
México y Venezuela tienen petróleo."
Recuerda que en Latinoamérica, en el pasado, Estados
Unidos "ha usado los mismos procedimientos para
cambiar regímenes, desestabilizando, asesinando y
financiando a fuerzas de oposición". Puntualiza que
no siempre ha tenido éxito. "En Argentina fracasó el
modelo del Fondo Monetario Internacional. En
Colombia dicen que quieren combatir el narcotráfico
y pueden usar ese pretexto para invadir y dominar
ellos mismos ese mercado de drogas".
Casi a las nueve de la noche, el suntuoso palacio
que ocupan los vicepresidentes y el primer ministro
está desierto. Un par de guardias sin armas a la
vista autoriza el paso del vehículo que transporta a
la misión de paz mexicana al encuentro con Tarek
Aziz. Frente al portón, un mayordomo vestido con
sencillez conduce al grupo por el fastuoso vestíbulo
desde los elevadores hasta el segundo piso, al área
de oficinas.
Ahí no hay lujo. Los cubículos son sencillos y
funcionales, incluso el salón donde se realiza el
encuentro. Tarek Aziz viste esta noche uniforme
militar de prácticas, señal inequívoca de que el
país vive en estado de alerta. Fuma un puro y a
pesar del tono protocolario de la reunión, mantiene
en todo momento una actitud jovial con los
visitantes.
Revela que minutos antes había estado en el mismo
salón una delegación de libaneses.
"Me dijeron que si Irak resistía una semana el
ataque de Estados Unidos, ellos podían en ese lapso
levantar en armas a todo el mundo árabe. Yo les dije
que no vamos a resistir una semana; vamos a resistir
hasta triunfar y hacer fracasar la invasión. Pero
también les dije que si antes entre todos logramos
parar la guerra eso será mucho mejor, será un gran
triunfo contra el imperialismo."
Después concedió una entrevista a este diario.
Un problema universal
Aziz expresó que la amenaza de bombardeo masivo a
Irak "ya no es sólo un problema nuestro. Es un
problema universal. Por eso se ha formado un gran
frente contra la guerra. Incluso dentro de Estados
Unidos ese frente tiene aliados. Si se lograra una
coordinación entre todas las fuerzas en este nuevo
frente podríamos entre todos parar la guerra".
-Al inicio de esta crisis, usted decía que Irak
estaba condenado de antemano por Estados Unidos,
aceptara o no la presencia de los inspectores de la
ONU. Finalmente aceptaron a los inspectores y han
acatado muchas otras condiciones que inicialmente
rechazaban ¿Piensa lo mismo ahora?
-Nosotros advertíamos que el retorno de los
inspectores fue un pretexto. Los aceptamos, han
hecho su trabajo como han querido y no encontraron
ni un rastro de armas de destrucción masiva. Ahora
ya no quieren a los inspectores en Irak, porque lo
que están comprobando es que no somos una amenaza
para Estados Unidos. Está muy claro que lo que
Estados Unidos quiere es invadir, colonizar y
apoderarse de Irak. Ustedes, como ciudadanos
mexicanos, entienden muy bien esto. La opinión
pública mundial lo ha entendido. Por eso han sido
las respuestas populares sin precedente en Europa,
Estados Unidos, Africa y Asia.
-En este punto, parecería que si se malogra el
ataque mi-litar de Estados Unidos será una derrota
para George Bush.
-Si Estados Unidos lanza u-na guerra, va a ser una
derrota para ellos. Y si no la lanza -es-to, desde
luego, sería lo mejor- también va a fracasar.
-Ahora Estados Unidos está abriendo la variante de
provocar una caída de su gobierno. ¿Lo ve usted como
un escenario posible?
-El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney,
ha dicho a su pueblo que cuando entren a Irak los
soldados estadunidenses van a ser recibidos con
música y fanfarrias. Le ha dicho que el pueblo
iraquí está en contra del señor Hussein. Si así
fuera, ¿cómo es que distribuye armas al pueblo? ¿Por
qué entrena militarmente a campesinos, obreros, a
los co-mités de barrio, a los cuadros y bases del
partido? Porque sabe que esos fusiles y esas
granadas no se van a voltear contra el señor
Hussein. Tenemos confianza en nuestra gente. Cheney
se está burlando del pueblo estadunidense y está
engañando a sus soldados. No les está diciendo la
verdad. Si entra por tierra a Irak la tropa
estadunidense va a ser recibida con balas.
"En Estados Unidos hay hambre y recesión. Los hijos
de los pobres se meten al ejército porque ahí les
pagan buenos salarios. Sus armas son de la
tecnología más avanzada. Pero en las calles de Irak,
cara a cara con nuestro pueblo, eso no les va a
servir de nada.
"Pueden devastar ciudades, fábricas, puentes. Las
vamos a reconstruir de nuevo. Pero si entran por
tierra eso va a ser otra historia. Les vamos a
ganar. Ya sucedió una vez en la historia, en
Vietnam".
-¿Qué piensa de la posibilidad de que el presidente
Hussein y su gobierno salgan de Irak para evitar un
baño de sangre?
-Sabemos que la población civil puede sufrir muchas
víctimas, pero no tenemos opción. Hay quienes nos
han aconsejado que sería mejor que el señor Hussein
salga del país para evitar el sufrimiento del
pueblo. Nosotros, los funcionarios del gobierno, si
lo que pretendiéramos fuera nuestro bienestar
personal y las riquezas materiales, hace mucho
tiempo que seríamos títeres del imperialismo.
Podríamos ser millonarios y servir a Estados Unidos.
Pero desde nuestra juventud, desde que éramos
estudiantes, hemos luchado. Nunca imaginamos llegar
al poder, ser ministros, tener estos puestos. Cuando
luchábamos en los años cincuenta estábamos
dispuestos a dar nuestras vidas por una causa. Hoy
es igual. No morimos entonces. Es posible que ahora
muramos. Pero nosotros nacimos y vamos a morir aquí,
en Irak.
-¿Cómo debe entenderse la decisión de destruir los
misiles Al Samoud, cuando hace apenas unos días el
presidente Hussein lo rechazaba rotundamente?
-Aceptamos destruirlos porque si no lo hacíamos los
inspectores de la ONU iban a argumentar en el
Consejo de Seguridad que nos estamos negando a
desarmarnos. Pero de antemano saben que esas no son
armas de destrucción masiva. Lo que queremos es no
dar razones para que el Consejo de Seguridad
autorice el bombardeo.
-¿Cómo valora usted la firme postura del Vaticano en
contra del ataque a Iraq?
-Después de mi visita a Roma y mi audiencia con el
papa Juan Pablo II, el primer ministro británico
Tony Blair, cuya esposa es católica, viajó al
Vaticano e intentó convencer a su santidad de que
cambiara de actitud. Ahora va a ir el presidente del
gobierno español, José María Aznar, a hacer lo
mismo.
-¿Cree que lo logren?
-¡No, no! El Papa no va a cambiar. Más bien el Papa
los va a convencer a ellos de que no sigan
cometiendo errores, les va a hacer ver que esta
guerra puede desatar un conflicto entre cristianos y
musulmanes. Blair estuvo cinco minutos con el Papa.
-¿Y usted?
-Media hora. Además, en mi viaje a Roma me
entrevisté con personajes muy importantes de la vida
política italiana. Días después, tres millones de
italianos marcharon en contra de la alianza de
Berlusconi con Bush. Eso lo ha ido obligando a ceder
en su política a favor de la guerra. Antes era un
incondicional de Bush. Ahora ha dicho que un ataque
a Irak sin la autorización del Consejo de Seguridad
hará un gran daño a la convivencia internacional.
Creo que la oposición a la guerra que está haciendo
el movimiento popular en todo el mundo y la posición
de las iglesias están ayudando mucho.